Opinión

La plenitud inefable de darse

La labor de la Asamblea Española de la Soberana Orden de Malta a favor de los desplazados de Ucrania en 2022

Centro de Lviv. Varios millones de ucranianos desplazados internos reciben el Año Nuevo lejos de sus hogares ocupados o bombardeados, mientras reconstruyen sus vidas en medio de los continuos ataques rusos y cortes de electricidad.
Centro de Lviv. Varios millones de ucranianos desplazados internos reciben el Año Nuevo lejos de sus hogares ocupados o bombardeados, mientras reconstruyen sus vidas en medio de los continuos ataques rusos y cortes de electricidad.Rostyslav AverchukAgencia EFE

Desde que el ejército ruso decidiera invadir el territorio soberano de la nación ucraniana, a fin del mes Febrero de 2022, en el centro de nuestro continente europeo, la Soberana Orden de Malta, como un Principado con reconocimiento internacional de estado que es, entregado a paliar las diversas necesidades derivadas de catástrofes y de emergencias climáticas o de desastres por las guerras, se centró a través del brazo que tiene encomendada esa misión que es Malteser Internacional, que unifica y centraliza la ayuda Humanitaria de la Orden de Malta de todos los países, sobre todo para estas cuestiones específicas antedichas de emergencias y desastres naturales. Pero también la ayuda a Ucrania ha podido llegar a través de las distintas Asociaciones Nacionales de los países colindantes y limítrofes con Ucrania, es decir, Polonia y Hungría, que se han centrado en trabajar y colaborar en esta Emergencia.

La Respuesta de la Orden de Malta de España comenzó el 01 de Marzo de 2022 una semana después del inicio del conflicto Militar, instigado por la Federación Rusa. La Junta de la Diputación de la Asamblea española, a través de su Hospitalaria, Aline Finat Riva, condesa de Villaflor, ayudada por la Dama de la Orden, responsable de proyectos médicos, Marisa Fernández Jiménez, marquesa de San Juan de Nieva, estableció dos vías de actuación: Crear un comité de Emergencias que controlara la acción a llevar a cabo y, también, crear una plataforma a través de la cual los particulares podrían aportar donativos para la ayuda de la población civil ucraniana, desplazada.

Fue nombrado coordinador de Emergencias el delegado en Navarra, Joaquín Ignacio Mencos Arraiza, que decidió, como primera actuación a llevar a cabo, configurar un grupo de Voluntarios para posicionarse en Polonia, cerca de la frontera de Ucrania en la estación de ferrocarril de Cracovia, durante del 01 al 21 de Abril, para actuar de acogida a los ciudadanos ucranianos que salían huyendo de su territorio por el horror en que se habían convertido sus regiones por el estallido de la Guerra.

El grupo que estuvo estas tres semanas fue dirigido por Águeda de Diego Oliver, delegada de Voluntarios. Formaron el equipo humano que participó en el auxilio a los desplazados, su hijo Carlos Ortiz; la médica y religiosa, Pilar Núñez Cubero; Eduardo Muela, Carlos Sangro Gómez-Acebo; Javier Aragón Jiménez; Santiago Escrivá de Balaguer; Monserrat Ruiz -Moragas; Margarita Ruiz y José María Pinto que viajaron en avión. Días después fueron apoyados por Fernando Colilla, Agustín Martínez y Pablo Echevarría, que llegaron en furgoneta, en un viaje no exento de riesgos, dado que eran los primeros en los que había estallado el conflicto armado, así como el Capellán del Sub Priorato de San Jorge y Santiago de la Orden de Malta de España, Reverendo padre don Manuel Fanjul García. Los voluntarios españoles, gracias a la ayuda de la delegación polaca, estuvieron alojados y pudieron cumplir su misión en la carpa establecida en la estación de tren, donde desarrollaron labores de asistencia médica a los huidos que llegaban aterrorizados, algunos sin habla, en una situación de estrés considerable, con ataques de pánico y ansiedad así como las lógicas fracturas de haber iniciado una escapada espantosa de sus lugares de residencia.

Huidos y desplazados

El grupo de voluntarios tuvo que alquilar algún vehículo para cubrir desplazamientos, así como cubrir su propia estancia, en el día a día. Las contingencias de estas actividades suman un total de 17.210,38 euros que ha sufragado la Asamblea española a través de los donativos recaudados.

Al ver la cantidad de refugiados ucranianos que llegaban a España, se estudió poder acoger a unidades familiares de huidos de esta nacionalidad, desplazados de su tierra, en nuestra Residencia de Mayores, San Juan Bautista de Aldea del Fresno, pero ese intento no fue viable por no poderles asegurar un periodo de tiempo estable en nuestra Residencia.

La campaña de recogida de aportaciones se puso en marcha y, con los primeros donativos recibidos, la acción primigenia fue nutrir a Malteser Internacional con 10.000 euros el siete de marzo, para que comenzara su actividad de entrega de ayuda de todos tipo, material de abrigo, alimentos, productos higiénicos a los desplazados, asistencia médica... Casi a la vez, el 17 de Marzo se entregaron a la Asociación Polaca de la Soberana Orden de Malta, 6.000 euros, y en julio se le aportaron a la misma asociación 50.000 euros para la compra de una ambulancia, que ha sido entregada por el delegado de emergencias Joaquín Ignacio Mencos Arraiza, en el mes de diciembre a través de un viaje por carretera, que realizó con este fin. A la Asociación Húngara de la Soberana Orden de Malta se aportaron 6.000 euros en abril de 2022, para la ayuda que esta asociación ha prestado en su condición de país limítrofe al conflicto y que ha acogido también a multitud de desplazados.

El remanente restante a fin de diciembre de 2022 se transfirió a la propia Asociación Ucraniana de nuestra Soberana Orden de Malta que ascendía a 36.487 euros.

Todo ello hace un sumatorio total de monetario de 125.697,38 euros, recopilados por la Asamblea española de la Soberana Orden de Malta, durante los últimos diez meses del año de 2022, través de sus donantes, para cumplir nuestro carisma sanjuanista de entrega al prójimo en su situación extrema de desarraigo, desorientación, fragilidad, confusión, pobreza, necesidad y máximo temor y desamparo vital. El darse en favor de los ucranianos correspondió a todos los voluntarios que ofrecieron su tiempo y su esfuerzo, desplazándose a Cracovia para ser la mano tendida de nuestros próximos necesitados.

Pero esa entrega al prójimo la llevaron a cabo también todos los miembros de nuestra Soberana Orden encarnados en el presidente de la Asamblea española, Ramón Álvarez de Toledo y Álvarez Büilla, conde de Santa Olalla, y por todos los donantes, amigos, colaboradores, trabajadores de la Orden de Malta que, con su apoyo o con su aportación pecuniaria, han hecho posible que una nación periférica y relativamente alejada del conflicto bélico, que es España, haya sido capaz de responder, a través de su Asamblea en la Soberana Orden de Malta a la petición desesperada de ayuda del pueblo ucraniano masacrado por la sinrazón de una guerra en el segundo decenio del siglo XIX, en nuestro suelo europeo.

A todos ellos, Voluntarios y donantes, colaboradores, amigos, trabajadores, sirvan estas líneas para darles muchísimas gracias por su entrega en el auxilio al necesitado, que encarnaban los desplazados ucranianos en la guerra que soportan.

Entrega que es la razón de ser de la labor asistencial que acomete, diariamente, la Asamblea española de la Soberana Orden de Malta.

En lo más recóndito de nuestro ser hay «un espacio habitado» donde la paz no se apaga nunca y es fuente de una alegría que remanece». Confiemos que ese «espacio habitado donde la paz no se apaga nunca», haga paralizar la espantosa, aterradora, cruel Guerra que arrasa la Europa central, para que en este año 2023 esta emergencia, pueda dejar de ser atendida, porque haya desaparecido.