Devastación

El tornado que asoló Madrid en 1886 y que todos quieren olvidar

Destrucción y muerte por un desastre natural que dejó al menos 47 víctimas y numerosos monumentos e infraestructuras afectadas en toda la ciudad

Casón del Buen Retiro de Madrid tras la destrucción
Casón del Buen Retiro de Madrid tras la destrucciónBNE

Inundaciones, terremotos y cataclismos varios se guardan en la memoria colectiva de Madrid. Recuerdos que quedan en pequeños detalles, como las “estrellas” que se hicieron famosas en cierta pastelería de la capital que, en su momento, allá por 1896, tuvo la sagaz idea empresarial de hacer un dulce que recordara el bólido en el cielo, el meteorito, que aterrorizó a toda la ciudad.

En esa línea de desastre natural está lo sucedido aquel miércoles 12 de mayo de 1886. Por entonces, y sin que algunos mentaran el cambio climático como desencadenante de todo, la Península Ibérica despertaba con unas fuertes tormentas que, en el caso de Madrid, se traducían sobre las seis de la tarde, en un tornado que causaba 47 víctimas mortales, varios heridos e importantes daños materiales en casas, jardines, parques y edificaciones de la ciudad. Algunas de estas construcciones eran principales, como el Casón del Buen Retiro.

Visita al Casón destruido
Visita al Casón destruidoBNE

Este devastador episodio meteorológico que asolaba varias zonas de la ciudad, lo conocemos muy bien por las noticias publicadas en la prensa de la época (La Época, El Correo, La Ilustración Católica, La Ilustración Española y Americana, La Ilustración Ibérica …etc.). Al parecer, según coincide el relato de la Prensa, el tornado siguió un recorrido de Suroeste a Noroeste, iniciándose en Carabanchel Alto, siguiendo hacia CarabanchelBajo hasta llegar a la Ribera del Manzanares. Afectó, a parte de Carabanchel y a la finca que había sido del Marqués de Salamanca, Vista Alegre, a tantas otras edificaciones y zonas de la ciudad. En la Colonia «El Porvenir del Artesano», un asentamiento relativamente nuevo que se encontraba entre Carabanchel y Madrid. El tornado, se llevó consigo varias construcciones como casitas y hotelitos, además de arbolado.

Luego, siguió su recorrido destructivo hacia el Puente de Toledo, Puerta de Toledo y el barrio de las Peñuelas. En estos lugares se cebó especialmente, causando grandes daños materiales y personales sobre todo en el Lavadero Imperial donde, al ceder la techumbre, varias personas fallecieron. La mayor parte de las víctimas fueron mujeres, como cabe imaginar.

La Estación de Atocha, una construcción de la época, curiosamente, no tuvo ningún daño. No sucedió lo mismo con la Tienda-Asilo que ocupaba la vecina explanada de la calle Doctor Drumen, frente al actual Museo Reina Sofía, y que había sido recientemente inaugurada. Este edificio, que albergaba un comedor en que se ofrecía comida a precio muy económico para las personas con menos recursos, no conseguiría sobrevivir al fuerte embate del viento y quedó hecha escombros. La tienda asilo, con gente a aquellas horas, sin embargo, no contabilizó heridos.

Tornado de 1886. Efectos en la tienda asilo
Tornado de 1886. Efectos en la tienda asiloBNE

Otra cosa fue el Jardín Botánico y Parque del Retiro. Allí, la fuerza del tornado se hizo sentir con intensidad, destruyendo cuanto se encontró a su paso. Especialmente en el parque del Retiro, donde se cebó con las estufas frías, estos es, los invernaderos, además de arrancar y partir centenares de árboles. Asoló por completo el edificio del Palacio de Exposiciones que se encontraba en lo que hoy es la Casa de Vacas. Con todo, la parte del león se la llevó el Casón del Buen Retiro, recuerdo de los restos del Palacio del Buen Retiro que mandará erigir Felipe IV en el siglo XVII. Este edificio, que antaño había alojado el Salón de Baile, en 1886 se encontraba en fase de transformación. Aquel 12 de mayo el tornado pasó con saña por el lugar causando grandes y cuantiosos daños materiales, hasta el punto de convertirse en centro de peregrinación de los madrileños para ver el alcance de los graves daños. Un acontecimiento que provocó ríos de tinta en la prensa de la época, que también encontró el lado “amable”· a todo ello al señalar que tras el paso del tornado se produjo la «resurrección» de entre los escombros de uno de los edificios de una preciosa niña de 15 años, llamada Filomena. Todo un presagio, dirán algunos, los más supersticiosos, de lo que con el paso del tiempo sucedería en la Villa y Corte. Otro desastre natural que a más de uno dejó frío y aislado.