Formación

Así cooperan para el desbroce de Arganda

Un proyecto pionero en Arganda acerca a alumnos de FP a las labores reales de prevención de riesgos forestales, integrándose con los operarios municipales

FP Claudio Galeno, institución pionera en impartir emergencias y protección civil en España
FP Claudio Galeno, institución pionera en impartir emergencias y protección civil en España. David JarDavid JarFotógrafos

Mientras la primavera avanza en la Comunidad de Madrid, en Arganda del Rey, un grupo de estudiantes de Formación Profesional del Instituto Galeno Xtart cambia las aulas por los campos. Armados con motosierras, desbrozadoras y mucha motivación, colaboran con los operarios municipales en un proyecto de desbroce de parcelas públicas, una acción que, más allá del mantenimiento paisajístico, cumple una función crítica: la prevención de incendios forestales.

Este innovador programa no solo ofrece una experiencia educativa in situ para los futuros técnicos de emergencias y protección civil, sino que también establece un modelo de cooperación entre instituciones educativas y administraciones locales de cuyos resultados se muestran muy orgullosos.

La educación y la prevención deben ser una alianza necesaria, así lo considera Juan Pampillón, director del centro Galeno Xtart, quien explica que esta colaboración con el Ayuntamiento de Arganda del Rey lleva años forjándose y es fruto de un convenio centrado en la prevención de incendios. «Nuestros alumnos hacen prácticas en zonas que requieren labores de prevención. No se trata de simulaciones: están trabajando en el campo con sus peculiaridades y dificultades, junto a profesionales», señala. En efecto, el trabajo conjunto no solo fortalece la preparación técnica de los estudiantes, sino que también refuerza el tejido social al implicar a los jóvenes en el mantenimiento del entorno de su propio municipio. «Viven en primera persona la importancia de estas tareas. Y eso les deja una huella que difícilmente se olvida».

FP Claudio Galeno, institución pionera en impartir emergencias y protección civil en España
FP Claudio Galeno, institución pionera en impartir emergencias y protección civil en EspañaDavid JarLa Razón

Igualmente, LA RAZÓN ha escuchado en primera persona a algunos alumnos que han protagonizado esta actividad, y confiesan que la inmersión en un entorno profesional real ha marcado un antes y un después para ellos. Diego Montero, uno de los alumnos participantes, lo traslada muy satisfecho con la experiencia: «Refleja lo que realmente es el trabajar en el campo». Para él, esta vivencia no solo ha permitido corregir errores técnicos, sino también comprender la complejidad de un oficio donde la seguridad y la eficiencia son cruciales. «No son simulaciones ni prácticas ficticias, se trata de trabajar en el campo con sus peculiaridades y dificultades. Trabajar tantas horas con las herramientas hace que se consiga una destreza muy necesaria para el desarrollo de su profesión».

FP Claudio Galeno, institución pionera en impartir emergencias y protección civil en España. David Jar
FP Claudio Galeno, institución pionera en impartir emergencias y protección civil en España. David JarDavid JarFotógrafos

Lo mismo opina Itziar Retuerta, quien destaca cómo aprendieron de los propios operarios: «Nos enseñaban cómo querían la zona y nosotros nos encargábamos de prepararla. Hemos visto todo el trabajo que conlleva».

FP Claudio Galeno, institución pionera en impartir emergencias y protección civil en España. David Jar
FP Claudio Galeno, institución pionera en impartir emergencias y protección civil en España. David JarDavid JarFotógrafos

Claudia González, otra de las alumnas implicadas, añade un punto esencial: «Nos dimos cuenta de la responsabilidad que conlleva este tipo de trabajos y de la importancia de seguir las normas de seguridad». Para ella y sus compañeros, fue revelador entender que el trabajo forestal no es simplemente «cortar por cortar», como bien sintetiza Diego, sino actuar con cabeza y planificación.

Trabajo en equipo

Uno de los grandes aprendizajes ha sido el manejo de herramientas profesionales. Varios alumnos mencionan por primera vez el uso de motosierras telescópicas, serruchos, desbrozadoras e incluso técnicas de evaluación del terreno y reconocimiento de zonas de riesgo. «Hemos mejorado el manejo seguro y eficiente de las herramientas, pero también hemos aprendido a organizar el trabajo en función del terreno», relata Claudia.

El trabajo en equipo es otro de los pilares del proyecto. Los alumnos coinciden en que además de haber aprendido a colaborar, que también se estrechan lazos. «Ha sido un momento clave en el trabajo como grupo. Hacer piña es fundamental para este tipo de labores exigentes», opina Pampillón. Diego coincide y resalta la importancia del reparto de tareas, el apoyo mutuo y la recopilación de opiniones antes de actuar.

Además, el compañerismo ha sido clave para superar los desafíos propios del campo. Itziar recuerda cómo, ante cualquier dificultad, siempre había un compañero dispuesto a ayudar. Claudia menciona el reto de coordinarse para mantener la seguridad: «Lo superamos comunicándonos mejor y asignando tareas según las capacidades de cada uno».

Un proyecto con impacto real

Según datos del Ayuntamiento de Arganda del Rey, cuentan con un presupuesto base de licitación para un contrato es de 54.291,22 euros, con una duración de 18 meses. Este contrato contempla el desbroce y limpieza de aproximadamente 200.000 metros cuadrados de parcelas y zonas verdes municipales, con el objetivo de mejorar la seguridad y las condiciones fitosanitarias de los espacios públicos, reducir el riesgo de incendios y facilitar las tareas de extinción. Que parte de esta labor sea realizada por alumnos de FP no solo supone un ahorro logístico, sino también un componente educativo, cívico y comunitario que va más allá de las cifras.

Estos trabajos de desbroce no son únicamente una cuestión estética. Según la Comunidad de Madrid, más del 60% de los incendios forestales en la región tienen un origen humano, ya sea por negligencia o por actos deliberados. Reducir la vegetación seca es una de las medidas preventivas más eficaces para evitar la propagación de fuegos en época estival. En este contexto, formar a futuros profesionales desde la base, con experiencia práctica, cobra una relevancia estratégica.

Los alumnos coinciden en que esta vivencia les ha permitido entender mejor cómo funciona el sector público y valorar el esfuerzo de los operarios municipales. «Implica mucha planificación y sentido de responsabilidad hacia la comunidad», reflexiona Claudia. Además, les ayuda a encarar con mayor seguridad su futuro profesional. «Gracias a las prácticas desarrollas un manejo rápido y seguro. No estás verde cuando toca enseñar lo que sabes», afirma Diego. Para muchos, esta será una experiencia que quedará en su currículum con más peso que cualquier nota académica. Y no solo por las competencias adquiridas, sino por la motivación que les ha aportado. Como bien expresa Itziar, «ha sido muy eficaz para poner en práctica lo aprendido y nos ha unido mucho como clase».

En este sentido, el modelo implantado en Arganda podría ser el precedente para otros municipios de Madrid y del resto de España. La combinación de formación técnica, experiencia real y beneficio comunitario es una fórmula con potencial para replicarse en distintos entornos, especialmente en zonas donde el riesgo de incendios forestales es elevado. Además, al implicar a los jóvenes en tareas de responsabilidad directa con su entorno, se fomenta la concienciación ambiental.