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28-M

Ayuso y Almeida ponen los cimientos para desahuciar al sanchismo desde Madrid

Moncloa responde a la conjura de los populares de cara al 28-M con la autorización de una protesta en Sol el 2 de mayo, el día de la fiesta de la Comunidad

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso (i) y el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, durante la presentación de las candidaturas del PP a la Asamblea de Madrid y al Ayuntamiento para las elecciones del 28 mayo, este jueves en Madrid. ZipiEFE

La semana en la que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha virado a promotor inmobiliario, conocemos que la sede de Ciudadanos se queda vacía. Los naranjas prevén cambiar el edificio de Ventas por otro más modesto. Las dificultades económicas derivadas de sus resultados electorales y las malas perspectivas han convertido su sede en un edificio fantasma. «Compramos su casa», podría haberle sugerido Sánchez a la portavoz parlamentaria de los naranjas, Inés Arrimadas con su marketing de guerrilla.

En el PP ven cómo se revaloriza su cuartel general tras el abandono del inquilino Casado que la quiso vender porque estaba gafada. Feijóo observa cómo sube su valor al calor de las encuestas que recortan su distancia hacia Moncloa. En Génova se afanan por ocuparle la agenda con actos por España que culminarán el 28-M en Madrid para arropar a Ayuso y Almeida.

El alcalde de Madrid ha rechazado la Ley de Vivienda Frankenstein por ser una «receta fracasada» en ciudades como la Barcelona de Ada Colau. El candidato primará la oferta para que pueda haber pisos en alquiler, contrariamente a lo aplicado por la exactivista, que ha convertido en referente del intervencionismo a la Ciudad Condal, donde el tope de los precios ha reducido la oferta para los más vulnerables. Mano dura contra la okupación, reducción del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) y exención del tributo a los propietarios con viviendas okupadas son medidas que se suman a los desbloqueos urbanísticos y la construcción de pisos asequibles en la capital.

En su frenesí electoral, Sánchez ha prometido más de cien mil viviendas repartidas en tres anuncios con una repercusión que ya quisieran para ellos los de Fotocasa. A este paso, el presidente termina la campaña enseñando la cocina del CIS para despejar dudas acerca de la cocción demoscópica del inquilino Tezanos. Sus promesas huecas ofertando pisos a tutiplén han logrado apartar del foco los problemas de la Ley de Vivienda: la intervención de las rentas por alquiler y la debilitación del derecho a la propiedad. Consciente de que son comunidades autónomas y ayuntamientos los que aplicarán la norma, el jefe del Ejecutivo ya ha advertido a las formaciones fuera de la coalición que más les vale cumplirla, un dardo a la presidenta Isabel Díaz Ayuso, que ya ha manifestado, como Almeida, que no aplicará los aspectos que no sean de obligado cumplimiento.

La candidata ha anunciado esta semana que modificará la Ley del Suelo para que los constructores tengan facilidades a la hora de generar oferta. Los municipios de la región y la ciudad de Madrid facilitarán la disposición de suelo y la previsión es que se construyan 45.000 viviendas públicas hasta 2007. La popular se ha reunido con los empresarios madrileños para mostrar su apoyo al tejido productivo tras el fracaso del envite de Sánchez a Ferrovial. «Sois los principales actores de la política de Madrid», les dijo.

Ayuso sedujo a los empresarios tras pilotar el megaproyecto que pretende desbancar a Cataluña: la llegada de un circuito de Fórmula 1 a la capital. El GP de España, que se celebra en el Circuit de Barcelona-Catalunya tiene contrato hasta 2026 y el CEO de la competición, Stefano Domenicali ya advierte que no habrá dos Grandes Premios en un mismo país, una declaración de intenciones para lograr una fecha en la siguiente legislatura. Madrid volvería a recuperar la Fórmula 1 con un circuito semiurbano en los alrededores de Ifema aunque pasará por Valdebebas y por debajo de la M-11 en dirección a la ciudad deportiva del Real Madrid donde el alcalde, declarado forofo del Atlético de Madrid, prevé también reforzar la movilidad.

En la recta final de la precampaña, los candidatos desgranan sus programas y Almeida ha reiterado su compromiso por la creación de nuevas líneas de transporte público. Los «búhos» tendrán una frecuencia inferior a los 15 minutos y circularán en dos líneas, una por cada sentido, de 15 kilómetros cada una.

El candidato socialista a la Comunidad de Madrid, Juan Lobato, ha decidido también colar la vivienda en el debate y ha propuesto un pacto en la región. Si el jefe del Ejecutivo lanzaba una advertencia a las administraciones autonómicas para no zafarse de la norma, Lobato apuesta por una Mesa con todas las administraciones, admitiendo que las competencias las tienen las comunidades y muchos suelos, los ayuntamientos. Para diferenciarse del anuncio de Feijóo, que ha propuesto un pacto por la vivienda, Lobato ha especificado que la suya no se basa solo en «construir y construir». Se podría concluir que la de su partido se basa en «anunciar y anunciar», además de facilitar posturas beligerantes a los inquilinos morosos frente a los propietarios, convertidos en «sospechosos habituales». «Tenemos que demostrar que somos el proyecto que España se está perdiendo, que somos de los pocos contrapesos que tiene la maquinaria sanchista, que arrasa con todo», le dijo Ayuso a los candidatos regionales de la formación. «La derogación del sanchismo empieza en Madrid», remarcó Almeida.

La respuesta la ha dado el Gobierno autorizando una protesta en la Puerta del Sol el 2 de mayo, Día de la Comunidad de Madrid, fecha del tradicional acto institucional que cubren todos los medios de comunicación. Los manifestantes ocuparán ese día, y no otro, la plaza donde se encuentra la sede del Gobierno madrileño. Sánchez declara la Puerta del Sol zona tensionada.

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