Comercios centenarios

Calzados Lobo: más de un siglo entre zapatos y alpargatas

Abierta por Timoteo Lobo en 1897, esta mítica tienda madrileña se ha convertido en una alpargatería con una calidad incuestionable

Tienda centenaria Calzados Lobo.
Tienda centenaria Calzados Lobo.David JarLa Razón

En 1897, un pequeño local de la calle Toledo, con paredes y estantes teñidos de un llamativo color rojo, abría sus puertas. En él, Timoteo Lobo vendía zapatos de primerísima calidad de señora y caballero, creando un próspero negocio que a día de hoy sigue funcionando a pleno pulmón y al que le pondría «Calzados Lobo» por el apellido familiar. «Lobo es por el apellido, no tiene nada que ver con el animal», dice a LA RAZÓN Alejandro Blázquez, bisnieto de Timoteo y actual propietario del negocio.

«La tienda pasó a mi abuela, quien no se ocupó de ella porque las mujeres, en aquel tiempo, era difícil que trabajasen, pero sí lo hizo su marido. Después, pasó a mi madre, pero ella tampoco trabajó aquí porque era profesora universitaria, así que fue mi padre quien se ocupó de que siguiera en funcionamiento», explica. «Y, desde hace una década ha pasado a mí, que soy la cuarta generación».

Y, si bien Alejandro comenzó su carrera en otro ámbito, ha pasado en esta tienda gran parte de su vida. «Me pasaba aquí las vacaciones de verano cuando era estudiante», recuerda. «En cuanto acababa el colegio o la universidad venía a echar una mano, y con lo que ganaba aquí me pagaba mis viajes y mis cosas». Además, señala que, «cuando estaba mi abuelo pasaba por aquí casi todas las tardes. La ruta del colegio me dejaba en La Latina, y venía caminando para estar un rato aquí, me daba alguna galleta, jugábamos un poco... La tienda está plagada de recuerdos». De aquello no ha cambiado casi nada, salvo el hecho de que, cuando él era pequeño, «la tienda era la mitad de grande de lo que es ahora», ya que actualmente ocupa lo que antes eran dos locales muy pequeños. También ha variado un poco aquel característico color rojo. «Antes era un poco más oscuro, pero hace algunos años lo cambiamos a este rojo un poco más vivo para darle más presencia», explica. Con el paso de los años, «Calzados Lobo» no solo triunfa en su tienda histórica y en el comercio online, sino que también ha abierto otros establecimientos, como es el caso del que tienen actualmente en Valladolid.

El camino durante casi130 años, reconoce Alejandro, «no ha sido fácil». «Hubo momentos muy difíciles, como la Guerra Civil, en la que confiscaron el calzado para las milicias», dice. Pero, para sobrevivir, subraya que es esencial «tener un producto de calidad y, en nuestro caso, nos focalizamos en que el producto sea español». De hecho, salvo algunos zapatos de baile que solo se fabrican en otros países europeos, todo lo demás está garantizado como producción española. «Creemos que esto es importantísimo tanto por la calidad como por el hecho de que somos conscientes de que, si lo hiciéramos de otro modo, estaríamos impidiendo el crecimiento de otros pequeños negocios que tenemos en España».

En cuanto al calzado, las dos primeras generaciones de la familia Lobo estuvieron enfocadas en el calzado de piel. Sin embargo, ahora están especializados en un zapato tan reconocible en España como es la alpargata. «Mi abuelo probó con algún modelo de alpargata, pero fue mi padre quien vio que este tipo de zapato iba a tener mucho recorrido». Empezó, así, «a meter muchos más modelos, tallas y colores» y a crear el variado popurrí que puebla las estanterías de la tienda.

«Poco a poco nos fuimos convirtiendo en una alpargatería, porque es un calzado que se viste todo el año, ya que, aunque el momento fuerte es el verano, también hay momentos fuertes como son las funciones escolares, la Navidad...», explica. «Es un flujo constante, y, además, hemos incluido modelos más estacionales que han funcionado muy bien y que ya son un clásico de esta tienda». Uno es las merceditas de terciopelo. «Las primeras las trajimos en negro porque se llevan mucho en trajes regionales, pero nos dimos cuenta de que la gente empezaba a utilizarlas por la calle, así que rápidamente las trajimos en más colores. También tuvieron mucho éxito las famosas pisacacas». Por otro lado, trabajan también el zapato de baile profesional, y, a raíz de esto, se han convertido en un punto de referencia para las productoras de cine y series de televisión. «De hecho, tenemos un libro de historia con ilustraciones para ver los estilos de las distintas épocas y así poder adaptarnos a lo que nos piden», asegura Alejandro.