La comisión sobre Begoña Gómez marca el paso a un Vox reconstruido en Madrid

La dimisión de Rocío Monasterio ha modificado el escenario político madrileño cuando se constituye la comisión de investigación sobre los supuestos tratos de favor de la Complutense a Begoña Gómez. Los trabajos han comenzado con la designación de quienes llevarán a cabo los interrogatorios y continuarán sin la ya ex presidenta de Vox en Madrid y portavoz del partido de Abascal en la Asamblea.

PP y Vox han acordado llamar a comparecer a la mujer de Pedro Sánchez en la Cámara la semana en la que Monasterio conoce su cese fulminante al frente de la formación en Madrid. Abascal ha decidido prescindir de ella y la ex portavoz renunciar a su acta. «Me parece lógico y honesto también dejar mi acta de diputada» ya que «no soy la persona de confianza del secretario general ni del presidente», reconoció tras anunciar que deja la política, lanzar una puya a ambos y arremeter contra la falta de democracia interna en el partido: «Vox Madrid era el único comité ejecutivo provincial que quedaba en España votado y elegido por todos sus afiliados, el grupo más numeroso de todo Vox», dijo en ausencia de José Antonio Fúster, el nuevo líder elegido por la cúpula para llevar las siglas en la Comunidad. El partido había quedado difuminado desde que el PP arrasara en las autonómicas de 2023, y el fantasma de la salida de Monasterio asomaba a menudo por Vallecas. De hecho, su nombre sonó para el Ayuntamiento en los pasados comicios, aunque finalmente lideró la lista autonómica.

La apuesta de la dirección por Fúster, también portavoz nacional, espera obtener al menos parte de la representación perdida. Miembros del partido confían en que aumente la presión política y que las iniciativas tengan una resonancia más allá de la Asamblea donde los populares exhiben su mayoría absoluta cada semana. Fúster fue incluido en la última lista autonómica, marcando ya de cerca a Monasterio. Además, ha sido nombrado portavoz en la comisión de investigación en una clara intención por renovar e impulsar nuevos rostros en la región liderada por el PP de Isabel Díaz Ayuso. Le acompañará en el reto la abogada Isabel Pérez Moñino como portavoz del grupo, un nombramiento que el flamante presidente se encargó de anunciar tras la decisión del Comité Ejecutivo Nacional.

La comisión de investigación sobre la mujer del presidente del Gobierno y su relación con la Universidad Complutense le servirá de trampolín para una carrera en ascenso. El cargo de portavoz nacional juega a favor en la repercusión de sus decisiones. De hecho, desde que hace siete meses fue nombrado portavoz nacional, es quien avanza las decisiones del Comité Ejecutivo y sus valoraciones políticas en la rueda de prensa que el partido ofrece tradicionalmente los lunes.

La comisión será la primera prueba. La cúpula de Vox estará pendiente de los pasos en el camino marcado para recuperar votantes perdidos y el resultado de las preguntas, el estreno del nuevo equipo. Al otro lado, la atención estará puesta sobre el secretario general del PSOE madrileño, Juan Lobato. Los suyos atisban cómo se mueve en torno a la comisión sobre la cátedra de Begoña Gómez, una «oportunidad» para que el líder socialista gane enteros en Ferraz de cara a Congreso.

Los cuatro partidos con representación en la Asamblea han decidido los nombres de los diputados que participarán en la comisión y Lobato ha elegido a tres de su máxima confianza.

El líder madrileño ya avanzó que coordinará «milimétricamente» los trabajos con Ferraz y con el Gobierno en un aviso a mal pensantes. A sus tensiones con la cúpula por la amnistía o la financiación se ha sumado el frente de Tudanca contra Ferraz, que ha reavivado el posicionamiento desde Madrid de nombres del núcleo duro como el delegado del Gobierno, Francisco Martín, muy activo en sus declaraciones contra Ayuntamiento y Comunidad.

Martín ha rivalizado con Lobato incluso en la escalada de críticas a Ayuso. La última, a cuenta de la vivienda. Caballo de batalla del Gobierno, la ha convertido en arma arrojadiza contra las comunidades autónomas, gobernadas en su mayoría por el PP, y especialmente contra Madrid. La dirigente popular se ha enfrentado a la Ley de la ministra Isabel Rodríguez y ésta amenazó con retirar los fondos estatales a quienes «incumplan» la norma, unas declaraciones que matizó posteriormente pero que han sido utilizadas por Lobato y Martín en su batalla por ganar apoyos internos. El primero criticó que la presidenta estuviera «en rebeldía» y el segundo que quiera «sacar pecho por incumplir» la norma estatal y bloquear la declaración de zonas tensionadas.

Vivienda

La vivienda ocupa la agenda política y la izquierda quiere marcarla con una manifestación mañana en la capital. Más de 30 organizaciones han llamado a tomar Madrid y avanzan que la siguiente medida puede ser alentar a inquilinos a dejar de pagar los alquileres. Entre los convocantes, el Sindicato de Inquilinos e Inquilinas y Afectados por la Hipoteca (PAH), formación fundada por la ex alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. También apoyan la protesta en la capital Greenpeace, Ecologistas en Acción, el Sindicato de Estudiantes y Más Madrid, la formación de la ministra de Sanidad y ex portavoz del partido en la Asamblea, Mónica García.

La manifestación se celebra la semana en la que el Ayuntamiento anuncia el sorteo de 400 viviendas en régimen de alquiler asequible, el quinto que se realiza este año y el mayor del consistorio en los últimos tres años, y después del desbloqueo de la Operación Campamento.

Unas horas antes de la convocatoria, la líder de Más Madrid, Manuela Bergerot, arremetió contra Ayuso al criticar las dificultades de los jóvenes madrileños para acceder a la vivienda. «Ustedes están acabando con el mercado de la vivienda y con los empleos», espetó Ayuso a los socialistas y añadió en respuesta a Más Madrid: «Pero qué le voy a pedir a unos partidos que son capaces de pactar la Ley de la Vivienda de todos los españoles con los expertos en zulos que son los etarras de Bildu».