Opinión
Defender la Constitución es defender España
Hoy se celebra el 45º aniversario de la Constitución Española
A mediados de los setenta del pasado siglo, en medio de una grave crisis económica mundial, confluyeron dos generaciones sobresalientes. Una, que había padecido el desastre de una contienda entre hermanos y no quería que ese inmenso error volviera a repetirse. Y otra, más joven, que deseaba incorporarse a una nueva Europa, que, tras dos guerras mundiales, había asumido que la unión era el único camino para la paz.
Ambas coincidieron en que, sólo desde el acuerdo y el consenso, los españoles arrojaríamos al suelo, por fin, el garrote que pintara Goya y dejaríamos de golpearnos mutuamente para estrecharnos en un fraternal abrazo. Nuestros padres y abuelos fueron capaces de anteponer a sus legítimas convicciones ideológicas, la necesidad de asentar un modelo de convivencia basado en la libertad y la concordia.
A través de este delicado ejercicio de sutil encaje de todas las posiciones existentes, el Constituyente logró ultimar el texto que habría de ser sometido, por vez primera, a la aprobación de todos los españoles.
Fuimos admirados en todo el mundo por ser capaces de superar una guerra fratricida y, después décadas de dictadura, para alumbrar en muy poco tiempo un Estado de Derecho plenamente homologable al resto de las democracias occidentales. Ese periodo, breve en el tiempo, pero fructífero como pocos, fue lo que vino en llamarse «la Transición».
El nacimiento de nuestra Carga Magna fue el punto de partida de una nueva España que, orgullosa de su pasado secular, volvía otra vez a abrirse al mundo. Una España firmemente anclada en unos principios constitucionales que ordenan un sistema político democrático basado en la libertad, la igualdad en derechos y obligaciones, la justicia y la solidaridad entre sus territorios, y cuyas líneas fundamentales son el reconocimiento del pluralismo político, el respeto al imperio de la ley, la garantía de los derechos fundamentales y la independencia judicial.
Muchos de estos principios se han puesto hoy en cuestión como consecuencia de los pactos que han permitido la investidura del presidente Pedro Sánchez. Un presidente que no ha tenido empacho alguno en dar satisfacción a todas las exigencias dictadas por aquellos que buscan romper el modelo de convivencia consagrado en nuestra Constitución.
Fue tanto el esfuerzo y tantos los desvelos de quienes hicieron posible la transición, que estamos obligados en conciencia a recoger aquello que en depósito nos dejaron, para trasmitirlo a las futuras generaciones en mejores condiciones.
Defender la constitución es defender España y conservar para nuestros hijos el que es, sin duda, el mejor legado.
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