Escándalo

El dictamen de la Rota: cerrar las HAM

Tras una investigación de «miles de horas» ante las denuncias por supuestos abusos, el juzgado eclesiástico instó al Arzobispado de Madrid a disolver a las Hijas del Amor Misericordioso

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Iglesias Ham HamMarcelo MoncayoLa Razón

El Tribunal de la Rota de la Nunciatura Apostólica en España instó a la Iglesia para que procediera a «la suspensión» de las Hijas del Amor Misericordioso, la asociación pública de fieles intervenida hace dos semanas por el Arzobispado de Madrid ante las múltiples denuncias por supuestos abusos de poder, conciencia y sexuales. Según ha confirmado LA RAZÓN, el juzgado eclesiástico elaboró un dictamen «demoledor» en el que solicitaba la disolución del grupo liderado por la sevillana, María Milagrosa Pérez Caballero, conocida como Marimí ante la gravedad de los relatos de las víctimas y de las pruebas recabadas durante un exhaustivo proceso de investigación.

Quienes conocen el caso de cerca, aseguran que fueron necesarias «miles de horas de trabajo» durante año y medio y la participación de varios jueces para hacer frente al caso. Es más, se da por hecho de que se trata del expediente más amplio y complejo de los que han abordado en su historia reciente. Y no por falta de pruebas o testigos, sino más bien, todo lo contrario.

«Tras las correspondientes tomas de declaración, unido a las demás vías de investigación, el informe de la Rota no deja lugar a duda de que lo que allí dentro se está fraguando no es católico, es terrible lo que se narra», asegura alguien que ha tenido acceso los más de mil folios de instrucción canónica. «El trabajo de la Rota ha sido muy profesional, serio y riguroso, buscando la verdad sin condicionante previo alguno. Pero, lo cierto, es que lo que se han encontrado no deja lugar a dudas», insiste esta misma fuente. En este sentido, se remite a las voces de la decena de víctimas que ya se han expresado a través de este diario y que han ratificado un «control carente de libertad, anulación del sentido crítico y aislamiento familiar» hacia las jóvenes que se consagran como Hijas del Amor Misericordioso. Con el punto de partida de retiros emocionales de impacto, como Emaús y Effetá, se desarrollaría, siempre según comparten las víctimas, un «proceso de captación agresivo» con prácticas pastorales y litúrgicas cuestionadas por la Iglesia como el don de profecías, imposiciones de manos, las oraciones de liberación y de restauración de la virginidad o "misas" de sanación, prácticas que en teoría tienen un poder curativo, que la Santa Sede mantiene en cuarentena. A eso se sumarían los llamados "descansos en el Espíritu", una especie de desplome en un estado que busca asemejarse a un éxtasis místico. De la misma manera, se estarían ejecutando exorcismos no autorizados por la autoridad eclesial.

Todo estaría enmarcado en una particular teología del infierno, con una presencia constante del demonio bajo una máxima que describen quienes han abandonado la asociación: «Estás con Marimí o estás contra Dios». Y es que, otro de los rasgos de esta plataforma todavía eclesial es la idolatría a la que hasta hace unas semanas era su superiora general, ahora defenestrada. El poder que se le otorga es tal que todas las víctimas consultadas por LA RAZÓN coinciden en hablar de «idolatría» hacia ella y, algunas hablan incluso de «culto a Marimí». Prueba de ello es que tanto las Hijas del Amor Misericordioso como los Hermanos del Amor Misericordioso llevarían en el interior de las cruces que llevan al cuello como símbolo de consagración y de pertenencia a la asociación reliquias tanto de ella como del fundador de la entidad: el ex jesuita fallecido Antonio Mansilla. Estas reliquias en algunos casos pueden ser unos hilos de alguna prenda de ropa que llevó puesta el sacerdote, a los que se sumarían pelos de la propia Marimí.

Estos y otros tantos detalles conformarían el informe elaborado por La Rota y que se puso a disposición del cardenal arzobispo de Madrid, que se habría visto reforzado por el estudio elaborado por las dos religiosas visitadoras designadas en febrero de 2025 por el equipo de Cobo que pudieron constatar de primera mano el proceder de las HAM en la misma línea que el tribunal eclesiástico.

Frente a esta versión, los laicos vinculados a las HAM ya negaron en un comunicado formar parte de un «un entorno sectario, restrictivo o manipulador» y apelaban a la «voluntad libre y personal» de las jóvenes que ingresan, en tanto que son adultas.

La investigación de La Rota y la Archidiócesis de Madrid dejó al descubierto además indicios vinculados a los llamados «delicta graviora’» esto es, lo delitos más graves que alguien puede cometer en el ámbito del derecho canónico y que exigen abordarse directamente en el Dicasterio para la Doctrina de la Fe. De hecho, el caso HAM ya estaría siendo examinado «con lupa» en la Santa Sede.

Pero, ¿por qué el Arzobispado de Madrid no cerró a cal y canto esta asociación con todas estas pesquisas? Al parecer, tras consultar a Getafe, Sevilla y Toledo, las diócesis donde la asociación estaba presente, el equipo de Cobo se apostó por una solución pastoral. «Creo que se ha apostado por un intento de salvar lo que queda de trigo frente a toda la cizaña presente, esto es, buscar la manera de abordar el problema desde dentro para rescatar a las jóvenes para que reciban el acompañamiento espiritual y psicológico correspondientes, antes que disolver todo sin más, con los riesgos que también conlleva», señalan fuentes eclesiales, una perspectiva que compartirían tanto desde La Rota como las propias víctimas y familiares.

Y es ahí donde entrarían las medidas quirúrgicas acometidas por la Archidiócesis madrileña: se saca literalmente a la superiora de los conventos donde están las jóvenes reclutadas y prácticamente se le aplica lo más parecido a una orden de alejamiento. la prohibición de admitir nuevas vocaciones ni continuar los procesos formativos de postulantes y novicias de primer año. Desde Madrid aclaran que «el resto podrán seguir su proceso de formación bajo la autoridad comisaria». De la misma manera, se limita toda actividad pastoral pública de las consagradas, que incluirían las tandas de ejercicios espirituales que imparten, así como su presencia en los retiros de Emaús y Effetá. Además, el comunicado diocesano detalla que las mujeres que formen parte del grupo solo podrán ser acompañadas espiritualmente y formadas intelectualmente «únicamente por personas designadas por la autoridad eclesiástica», otra decisión que de alguna manera el control al que son sometidas las jóvenes por parte de quienes las tutelan. Para supervisar esta hoja de ruta, Cobo ha nombrado comisaria extraordinaria a Pilar Arroyo, hermana de la Caridad de Santa Ana, que ya tiene plenos poderes para para dirigir a las HAM y decidir sobre su presente y su futuro. «No lo va a tener fácil. A buen seguro intentaran plantear un gobierno paralelo, auguro que antes o después llegará esa disolución que pide La Rota porque se trata de una estructura dañada desde la raíz, lo mejor es sacar de allí a todas las víctimas que están dentro y encaminarlas a realidades eclesiales sanas para que desarrollen con libertad su vocación», comenta una especialista el abusos en el seno de la Iglesia.

Las monjas que no lo son técnicamente

►Las Hijas del Amor Misericordioso son hoy más de cien mujeres. Y subiendo. Cuando en 2004 murió su fundador, el ex jesuita Antonio, tan solo eran once, pero desde que Marimí tomó las riendas del grupo se multiplicaron las vocaciones, que en su entorno se considera una bendición de Dios a su ahora cuestionada obra. Ellas mismas se presentan como monjas, pero no lo son ni técnicamente pueden decir que viven en clausura o en un convento. En realidad, están aprobadas como asociación pública de fieles, una fórmula eclesial diferente al de los institutos de vida consagrada, esto es, las congregaciones de religiosas. Así, tal y como recoge el Derecho Canónico, en las asociaciones de fieles hacen votos privados y en los institutos de vida consagrada se hacen votos públicos. Otra cosa es que ahora sean una asociación y aspiren a ser una congregación, pero, como tales, hoy no son monjas.

La rama masculina, otra incógnita

►Junto a a las HAM, habría una rama masculina de treinta sacerdotes y seminaristas: los Hermanos del Amor Misericordioso, los HAM. Ellas están reconocidas como asociación pública de fieles, pero ellos ni siquiera tienen esta aprobación. Conviven en una casa en Cubas de la Sagra, bajo la jurisdicción de la Diócesis de Getafe, se formarían en la Universidad Eclesiástica de San Dámaso y están al frente de dos parroquias en Fuenlabrada y Móstoles. Aunque se habrían tomado alguna medida preventiva como no admitir nuevas vocaciones y alguna limitación pastoral, no habría una intervención eclesial como se ha hecho con las HAM. Su superior sigue al frente del grupo, continuarán con sus planes de formación y está previsto que sean ordenados en otoño tres sacerdotes.