La semana

El Gobierno eleva la tensión en Madrid cuando se prepara para acoger la F1

Ayuso se ha subido al podio de la gestión liberal frente al «puro comunismo» del Ejecutivo de Pedro Sánchez

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso (c), saluda durante su visita a la plataforma logística de la sociedad cooperativa de distribución alimentaria Covirán, en el Centro de Transportes de Coslada, a 19 de enero de 2024, en Coslada, Madrid (España). Covirán, acrónimo de Cooperativa Virgen de las Angustias, es una cooperativa desde sus inicios y cumple diez años de presencia en la región de Madrid. 19 ENERO 2024;COSLADA;MADRID;AYUSO;COVIRAN Alberto Ortega / Europa Press ...
Ayuso visita la plataforma logística de la sociedad cooperativa de distribución alimentaria CoviránAlberto OrtegaEuropa Press

Madrid presentará el martes la Fórmula 1 y la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, ha calentado motores esta semana. Se ha subido al podio de la gestión liberal frente al «puro comunismo» del Gobierno y ha subrayado que compensará el impuesto a las grandes fortunas del Ejecutivo con incentivos fiscales.

No se ha quedado ahí la dirigente popular, que ha presumido de aplicar sus principios frente a los de los socios independentistas de Pedro Sánchez para consolidar la competitividad económica. Incentivos fiscales y atracción de inversión son algunas medidas anunciadas por la presidenta después de la propuesta del partido de Puigdemont para presionar a los empresarios que no regresen a Cataluña.

La Fórmula 1 se presentará ante los mandatarios del Mundial y en la Comunidad y en el Ayuntamiento esperan convencerlos de las oportunidades que Madrid ofrece para un Gran Premio en 2026. El tirón del proyecto reforzará la Marca España y servirá de tractor para nuevas iniciativas deportivas y culturales en la región.

A falta de confirmar los detalles, los promotores destacan la ubicación, junto al aeropuerto, un hospital y la red de Metro que permite estar en el centro de la ciudad en 15 minutos.

Ayuso ha destacado que el circuito no supondrá coste alguno para los madrileños y sí una oportunidad extraordinaria de crecimiento. Repetía recado a Moncloa en la semana con más choques institucionales de la legislatura. «Es quien gestiona mal y multiplica la deuda quien no respeta la seguridad jurídica y la propiedad; quien no fomenta la colaboración público-privada e interviene la economía y las empresas opta por un país empobrecido, desincentivado y subvencionado», aseguró la popular frente a las acusaciones recibidas por sus medidas fiscales para evitar el «cerco» que, en su opinión, Pedro Sánchez quiere ponerle a Madrid. El presidente del Gobierno empeñado en construir un «muro» entre españoles, como anunció en su discurso de investidura, y Ayuso en denunciar la «asfixia» a la región.

La electricidad ha elevado esta semana la tensión entre ambos. La dirigente ha desvelado que el Ejecutivo quiere dejar a Madrid sin energía para desarrollar su crecimiento económico con la actualización del Plan de Desarrollo de la Red de Transporte de Energía Eléctrica 2021-2026. Los recursos energéticos bajo mínimos en la región porque así lo quiere Sánchez.

El presidente «solo invierte» en su «supervivencia política» y su Gabinete trabaja para ello, vino a decir Ayuso en referencia a la ministra de Transición Energética Teresa Ribera.

Su proyecto propone inversiones por 276 millones de euros de los que Madrid no se beneficiará, una circunstancia que, asegura, evitará que la región se consolide como motor digital del sur de Europa.

Las distribuidoras habían solicitado alrededor de ochenta actuaciones en la Comunidad de Madrid para acceder a 2.947 megavatios, pero los planes de Ribera no incluyen esa posibilidad, según denuncian desde la Puerta del Sol.

La vicepresidenta ha sido esta semana la protagonista por su señalamiento judicial y sus críticas a la presidenta y el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida. Mientras en Andalucía y Murcia Teresa Ribera llegaba a acuerdos con sus presidentes por Donaña y el Mar Menor, en Madrid, recrudece sus críticas.

El choque institucional ha aumentado en los últimos días, tras instar a José Luis Martínez-Almeida a paralizar la tala de árboles para la ejecución de las obras de la línea 11 de Metro, entre otras. «Me tiene disgustadísima», dijo esta semana sobre la gestión del Consistorio. No se ha pronunciado la vicepresidenta sobre la tala de 270 árboles prevista en el entorno de Atocha por obras de Adif, competencia del Gobierno.

Pese a que el alcalde se la ha pedido, Ribera ha preferido centrarse en las críticas a los populares, instando al regidor a paralizar la tala por «quebrantar la tutela y protección del patrimonio natural». En un cruce de cartas entre ambos, Almeida le ha recordado que Madrid es «un ejemplo para el mundo en gestión y cuidado del arbolado urbano» y que la ciudad ha sido reconocida durante cuatro años seguidos como «ciudad arbórea del mundo» por la FAO.

Árboles y energía

Los árboles y la energía son los últimos choques entre las administraciones madrileñas y la ministra, que defiende la prioridad de su Departamento para proyectos que considera estratégicos y que la Comunidad podría llevar a los Tribunales, como ha hecho con otras decisiones del Ejecutivo que entiende que perjudican a la región.

La llegada de 1.200 emigrantes a Alcalá de Henares ha elevado la tensión con el Ejecutivo, con el delegado del Gobierno, Francisco Martín, en el centro de la polémica. La pugna entre éste y Díaz Ayuso no es nueva y se ha recrudecido a partir de las denuncias por presunta agresión sexual.

La tensión ha alcanzado máximos históricos y así lo ha querido dejar claro esta semana la presidenta autonómica cuando le espetó: «No estamos para hacer amigos». Su Gobierno le había reprochado de manera oficial el comportamiento con ella como parte del objetivo que consideran marcado desde Moncloa y el PSOE. Horas después, Martín acusó a Isabel Díaz Ayuso de «racista». Ribera de «killer». La ruptura es total.