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Lola, el futuro del breakdance y la lucha: «Era una niña pelirroja y con pecas que se transformaba»

A sus 17 años, esta madrileña se dedica a dos deportes aparentemente antagónicos, mientras se prepara para estudiar Medicina, tras crecer en Dubái. Pura versatilidad

Lola durante su actuación en Río
Lola durante su actuación en RíoCedida

La lucha olímpica y el breakdance requieren cualidades muy diversas, prácticamente imposibles de concentrar en la misma persona. Sin embargo, la madrileña nacida en Rivas Lola Martínez sí lo hace. El año pasado estuvo cerca de optar a los Juegos de París, pero una lesión acabó con su ciclo. Por suerte, tiene años de sobra para volver a intentarlo. Ahora acaba de ser nombrada embajadora de Red Bull, tras participar en la pasada edición de su competición de breakdance BC One, en Río. Tras crecer hasta los 14 años en Dubái, comparte como ha sido su regreso a España además de otra inolvidables experiencias como ir de gira con Justin Bieber, cuando solo tenía 11 años. Sus padres la ayudan a gestionar su impresionante versatilidad, pero también la autoexigencia y la frustración.

¿El sueño olímpico puede ser una realidad?

Es una de mis metas. Me daría igual como luchadora o como bailarina, aunque el break no va a ser olímpico en Los Ángeles 2028.

Es bailarina, luchadora y en el tiempo que le queda practica como DJ, además de estudiar. ¿Huye del tiempo libre?

Mis padres me han inculcado que siempre hay que estar haciendo algo y exprimir la vida al máximo. Pero lo importante es que, hagas lo que hagas, des el 150 %. Además, me aburro pronto de las cosas y cuando no hago nada me siento mal y empiezo a darle vueltas a la cabeza.

¿Su formación en la escuela de danza de su madre es aplicable al breakdance?

La danza clásica es la base de todo, de hecho, yo sigo tomando clases. Porque el baile, más allá de la competición, es una forma de expresarte. Además, esa base es mi ventaja competitiva frente al resto.

Lola con su título de ganadora en 2023
Lola con su título de ganadora en 2023Cedida

El sistema de votación de las competiciones de baile es completamente subjetivo?

Desde que fue disciplina olímpica se ha intentado crear un sistema más objetivo, con parámetros como musicalidad o fuerza. Además, los jueces ahora te dan un «feedback» para justificar su voto.

¿Le ha marcado mucho crecer en Dubái?

Dubái no tiene nada que ver con nada. Es una burbuja internacional. Mis mejores amigas eran peruanas y kenianas. Allí va todo el mundo en las mismas condiciones, a empezar de cero. No tienes familia ni amigos. Y al volver a España te das cuenta de que aquí ya todos tienen su entorno, y me costó bastante superar ese impacto cultural.

En las aulas también tiene sus propios objetivos, estudia segundo de bachillerato. ¿Tiene ya claro el camino a seguir?

Me he podido partir segundo de bachillerato por estar en el Centro de Alto Rendimiento. La medicina siempre me ha llamado la atención, porque es algo que puedes controlar y me parece gratificante. En el deporte puedes ganar o perder y no todo depende de ti.

¿Cómo ha vivido el reciente auge de los deportes de contacto en España?

Topuria ha hecho que explote la MMA en España y a los luchadores nos viene muy bien, nos da visibilidad y nos permite llegar a más subvenciones y patrocinios. Por eso, para mí la UFC es otra meta. Ya desde pequeña me levantaba a las 5 para ver las veladas.

¿Cómo fue entrar en el equipo de baile de Justin Bieber con solo 11 años?

Conocí al organizador de su gira en Dubái. La verdad es que recuerdo esa experiencia como súper profesional. Aunque se lea mucho sobre él, siempre fue agradable, puntual y un artista de pies a cabeza.

¿De dónde viene su nombre artístico «The Warrior Princess»?

Es la dualidad que define mi vida. Me lo pusieron con 7 años, cuando solo parecía una niña pelirroja con pecas, pero de repente en el tatami me transformaba y sacaba el fuego que hay dentro de mí. Bailo ballet y estoy siempre de risas, pero cuando llega la hora de la verdad me convierto y soy la primera en dar caña. Siempre hay que dar todo lo que tengas, hay que dejar huella.

¿Esta gran autoexigencia también le ha llevado a atravesar momentos de crisis?

Lo llevo todo al extremo y hago todo con intensidad, pero eso también me hace sentirlo todo mucho. Me frustro demasiado cuando no cumplo mis expectativas. Pero afortunadamente, mis padres son mi gran apoyo, sobre todo cuando dudo de si lo voy a poder conseguir. Aunque no cumplo todos mis objetivos y lloro y me frustro cada día, a la mañana siguiente vuelvo a entrenar con una sonrisa.

¿Cómo de importante es a su edad el apoyo de una marca como Red Bull?

Desde hace poco soy embajadora oficial de Red Bull. Siento que creen en mí, incluso cuando yo no creo. Lo hicieron el año pasado cuando me lesioné durante el ciclo olímpico. Me había quedado sin los Juegos, pero aun así me dieron la Wild Card para competir en la final de Río.