Patrimonio

Estos son los mejores edificios de Antonio Palacios, el arquitecto del Madrid más monumental

El Ayuntamiento de la capital repasa en un mapa la genial obra del arquitecto gallego: el otro gran hacedor en la historia de la imagen de la ciudad

Visita al Palacio de Maudes por el Open House Madrid
Palacio de MaudesDavid JarFotógrafos

Hay un antes y un después en la Villa y Corte. Dos momentos históricos que cambiaron el aspecto y la calidad arquitectónica de la ciudad de Madrid. A nadie se le escapa la impronta que dejó en la capital la acción de Carlos III, para muchos merecedor del título de «mejor alcalde de Madrid». De su mano se levantaron edificios y paseos que han ganado fama y relevancia con el tiempo. Su plan urbanístico incluía ensanchar calles para que fueran paseos. Ese fue el origen de la Castellana, Recoletos, el Prado, Delicias o la Chopera.

Palacios en Madrid
Palacios en MadridA. CruzLa Razón

Además, la empedró, y acompañó esas obras públicas de otras ordenanzas que afectaban a la salud pública, como mandar que se abrieran pozos en las casas para expulsar las aguas sucias y evitar el «agua va» tristemente famoso, o los malos olores en las calles. A ello se sumó la iluminación y el alcantarillado, además de crear e primer cuerpo de recogedores de basura. Todo un escenario en la calle para levantar una magna obra arquitectónica, al fundar y dar sede a varias academias, como la de la Historia, la Lengua, la Jurisprudencia o la de Bellas Artes. Edificios principales como la Real Casa de la Aduana (Ministerio de Hacienda, c/ Alcalá); el Palacio del Marqués de Grimaldi (hoy Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, junto a la plaza de la Marina Española) o la desaparecida Puerta de San Vicente (la actual es una reconstrucción del siglo XX). Bajo su reinado se finalizaron las obras del Hospital General, posteriormente de San Carlos, un edificio que hoy ocupa el Museo Reina Sofía, además de terminarse también la basílica de San Francisco culminando su cierre con una enorme cúpula, la cuarta más grande de la Cristiandad. Pero no fue el único arquitecto que trabajó bajo mandato real. Ventura Rodríguez continuó realizando proyectos tanto para la Casa Real como para miembros de la aristocracia. El conde de Aranda fue quién le encargó la renovación de lo que se llamaría el Salón del Prado, del que diseñó las fuentes de Cibeles, Neptuno, Apolo o las Cuatro Estaciones y la de la Alcachofa. Pero no fue el único arquitecto que trabajó bajo mandato real. Ventura Rodríguez continuó realizando proyectos tanto para la casa Real como para miembros de la aristocracia. El conde de Aranda, fiel servidor del rey, fue quién le encargó la renovación de lo que se llamaría el Salón del Prado, del que diseñó las fuentes de Cibeles, Neptuno, Apolo o las Cuatro Estaciones y la de la Alcachofa. Un paseo para «los elegantes» del momento que cambiaría las modas y costumbres de los madrileños. Con Carlos III la Puerta del Sol se convirtió en el centro de la capital, con la construcción de la Casa de Correos y para finalizar este recorrido creativo, toca lo que para muchos es la joya la corona, nunca mejor dicho: gracias a Juan de Villanueva, y bajo patrocinio real, se realizará el Gabinete de Historia Natural, actualmente sede del famosísimo Museo del Prado, junto al que encontramos el Jardín Botánico, el Observatorio Astronómico y el Oratorio de Caballero de Gracia.

Un repaso por la «aportación» de Carlos III a la historia y el arte, a la arquitectura y la imagen de la Villa y Corte, que solo ha tenido, en opinión de muchos expertos urbanistas y arquitectos, un parangón adecuado en el genio gallego de Porriño, el gran Antonio Palacios.

De ahí que el Área de Cultura, Turismo y Deporte diseñe, en colaboración con el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM), un mapa cultural ilustrado con el que poder profundizar en el conocimiento del legado en Madrid de Antonio Palacios con motivo del 150 aniversario del nacimiento en la villa pontevedresa de Porriño del arquitecto. Un hombres que estudió en la capital, donde acabó construyendo emblemáticas obras arquitectónicas y llegó a convertirse en una figura clave del panorama arquitectónico español en el primer tercio del siglo XX. Un personaje valorado en su tiempo, pero que es hoy en día cuando ha logrado una relevancia especial ante la importancia de sus creaciones. Y es que, entre sus obras, todas ellas en el imaginario de los madrileños, pero también de los españoles y de tantos y tantos turistas, destaca el Palacio de Cibeles, sede del Ayuntamiento de Madrid, así como los edificios que albergan el Círculo de Bellas Artes, el Instituto Cervantes, la Embajada de México o el Museo del Metro, entre muchas otras obras.

Esta guía visual en español ofrece un recorrido por 14 obras fundamentales que han contribuido a renovar la imagen de Madrid, recreadas por el ilustrador y diseñador Jacobo Pérez-Enciso con textos del archivo del Servicio Histórico del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM) y la base de datos Arquitectura de Madrid. El texto de presentación es de Sigfrido Herráez, decano del COAM.

Los tres primeros hitos de este mapa cultural son la Casa Comercial Palazuelo (1919), ubicada en la calle Mayor, 4, destinada a tiendas, oficinas y despachos relacionados directamente con la arquitectura comercial norteamericana; la Casa Matesanz (1919), situada en la Gran Vía, 27, uno de los edificios comerciales y oficinas, sin viviendas, que se empezaron a construir en el segundo tramo de la Gran Vía, y el Hotel Tryp Cibeles, antiguo Hotel Alfonso XIII (1921), adaptación para uso comercial y hotelero de un edificio de viviendas.

Les sigue, en este recorrido especial, el edificio 60 Balconies Iconic, antiguo Banco General del Comercio y la Industria (1913), emplazado en la calle de Cedaceros, 6, que fue construido por Palacios siguiendo la nueva tipología de edificio comercial que comprendía tiendas, oficinas y viviendas y el inmueble que ocupa ahora la Consejería de Cultura y Deportes de la Comunidad de Madrid, antiguo Banco Mercantil e Industrial (1933), en la calle de Alcalá, 31. Un arquitecto que no dejó de estudiar y actualizar sus conocimientos, de ahí que en esta obra, que es una de las últimas de Palacios, se aprecia la evolución tecnológica del arquitecto y la fusión de tradición y vanguardia que combina el lenguaje clasicista con materiales nunca utilizados antes por él.

El Círculo de Bellas Artes

La sexta parada en el Mapa Cultural Ilustrado de Palacios, también en la calle de Alcalá, se encuentra en el número 42. Es el Círculo de Bellas Artes (1919). Fue ese año cuando este relevante espacio cultural de la capital, el Círculo de Bellas Artes, convocó un concurso para el edificio de su sede social en la calle de Alcalá, que se declaró desierto con tres finalistas, pero Palacios, uno de los concursantes, recurrió el fallo que había desestimado su anteproyecto por superar la altura máxima permitida. Por ese motivo, se hizo una votación entre los socios que, finalmente, eligieron el proyecto de Palacios.

A unos metros de distancia, enfrente, en esta misma calle, en el número 49, el mapa nos traslada hasta el Instituto Cervantes, antiguo Banco Español del Río de la Plata (1910). Se trata de un edificio de autoría compartida con Joaquín Otamendi Machimbarrena, otro de los grandes arquitectos de la época, que se construyó en la confluencia de las calles de Alcalá y del Barquillo. Calificado por muchos como el mejor edifico de Palacios, dentro de ese característico estilo grandioso y monumental, incorpora los órdenes clásicos con vigor, rotundidad y correcta modulación y los conjuga con la innovación de las superficies lisas de grandes vanos acristalados.

Palacio de Comunicaciones

El Palacio de Cibeles, sede del actual Ayuntamiento de Madrid tras su traslado desde la Casa de la Villa, ocupa el espacio del antiguo Palacio de Comunicaciones (1904), también realizado junto a Otamendi, situado en la plaza de Cibeles, con la calle de Alcalá y Montalbán, ocupa el octavo lugar del recorrido ilustrado.

El origen de todo ello, cabe apuntar, comenzó en 1903. En aquel entonces, el Gobierno decidió la construcción de un nuevo centro que englobase el correo y las telecomunicaciones en terrenos situados en la calle de Alcalá esquina con el paseo del Prado. El concurso para su ejecución fue ganado por los dos jóvenes arquitectos cuya propuesta se adaptaba perfectamente a la irregularidad y gran extensión del solar y se caracterizaba por la originalidad y monumentalidad.

La novena parada del camino se ubica en la calle de Alcalá, 54 y es la Casa Palacio Demetrio Palazuelo (1908), uno de los primeros edificios de viviendas de Palacios, cercano a la Casa de Correos y Telégrafos.

A continuación, ya en el paseo de la Castellana, 28 se encuentran las viviendas para Luisa Rodríguez (1914), una casa que se construyó sobre un solar en esquina, con una distribución de dos viviendas por planta en los pisos superiores y una sola en el principal.

También viviendas, en este caso, para Tomás Rodríguez (1906) ocupan el número 3 de la calle del Marqués de Villamejor, obra diseñada también con Otamendi. Una de las primeras de Palacios, está perfectamente conservada y supuso una línea innovadora por el estudiado equilibrio compositivo tanto en planta como en fachadas.

La Embajada de México, antiguo Palacete de Joaquín Otamendi (1911), se localiza en la calle de María de Molina, 9. Las enormes semejanzas con el desaparecido Palacete del vizconde de la Maza realizado por Palacios en las mismas fechas permiten suponer una decisiva intervención en el diseño por su parte como socio inseparable de Otamendi y colaborador habitual en otras obras suyas. El edificio existente actualmente conforma una casa de articulados volúmenes, con exedras, terrazas y miradores rematados por una cubierta en falsa mansarda revestida de cerámica vidriada amarilla con balaustrada de azotea en la coronación.

Y un hospital

Con Otamendi también compartió la autoría de la Consejería de Vivienda, Transportes e Infraestructuras, antiguo Hospital de Jornaleros (1908), en la calle de Raimundo Fernández Villaverde, 18. Se trata también de una de las primeras obras de Palacios, un edificio público de carácter benéfico promovido por Dolores Romero, que fue Premio del Ayuntamiento en 1916 y está considerado como una de las obras maestras del autor y de la arquitectura del momento. Su objetivo era construir un hospital con capacidad de 150 camas. Ocupa una manzana completa del Plan Castro de ensanche de Madrid y su planta, de forma radial, se articula en torno a un patio central octogonal y a cuatro ejes con pabellones rectangulares.

La última parada en el recorrido ilustrado de Palacios es el Museo del Metro. Nave de Motores de Pacífico, antigua Central Eléctrica del Pacífico (1922). Situada en la calle de Sánchez Barcáiztegui, 22-30, el arquitecto realiza la parte arquitectónica del Metropolitano de Madrid. Una muestra más de su capacidad camaleónica en la arquitectura con este edificio industrial. Una muestra más de su genio y creatividad.