Okupación

«Megadesalojo» en Parla: llamada de alerta, presión vecinal y amenazas: «Volveremos 500 más»

Apenas diez horas fueron necesarias para sacar a los «okupas» del antiguo NH. La Asociación de Vecinos del barrio de Leguario, que lleva conviviendo con este fenómeno desde hace años, tomó cartas y contactó con el alcalde

MADRID.-Parla.- Inquietud en El Leguario tras anunciar los okupas desalojados del hotel NH que volverán a intentarlo
MADRID.-Parla.- Inquietud en El Leguario tras anunciar los okupas desalojados del hotel NH que volverán a intentarloEuropa Press

La llamada de un vecino que acudía a un punto limpio puso en alerta a la Policía Local: el antiguo NH Parla estaba siendo «okupado». La coordinación exacta se desconoce, pero, sin duda, estaban muy bien organizados: en plena madrugada, en torno a las 2:00 horas del pasado lunes, entre ochenta y cien personas entraron, con maletas incluidas, en el inmueble, actualmente sin uso pero en buen estado. «El hotel tiene 86 habitaciones, así que sabían muy bien dónde se metían», apuntan en el barrio. De hecho, ha trascendido que este grupo ya había sido expulsado de otro hotel vacío, en su caso de la capital. A pesar de no contar con electricidad, las alarmas sí saltaron. «De aquí no les van a mover en al menos dos años», auguraban los vecinos. Felizmente, no fue así. En apenas doce horas, a las 14:00, fueron desalojados, algunos de ellos con el pijama todavía puesto, después de la intervención tanto de los agentes municipales como de la Policía Nacional. La «okupación» apenas se prolongó por espacio de doce horas.

Aquel pronóstico pesimista de los vecinos tenía motivos de peso: llevan al menos diez años conviviendo con «okupas». Concretamente, con los que viven en el edificio de la calle Toledo, 15, un complejo residencial que se encuentra a menos de cien metros del NH. Más de 270 personas, muchas de ellas de origen magrebí, se alojan allí. Por motivos que no se explican, nunca, ningún Ayuntamiento, del color político que sea, ha actuado en la calle Toledo con la misma contundencia del pasado lunes.

«Esta vez ha sido en serio»

«La diferencia es que, esta vez, el Ayuntamiento sí se lo ha tomado en serio», explica a LA RAZÓN Juan Luis Pinna, presidente de la Asociación de Vecinos del Leguario, barrio parleño donde se concentran tanto el NH como el edificio de Toledo, 15. De hecho, nada más empezar a circular las noticias del hotel, Pinna se puso en contacto con el alcalde de la localidad, el socialista Ramón Jurado. «No podíamos permitirlo», señala. Aunque en principio Delegación del Gobierno ponía «reticencias» al desalojo, Jurado insistió al delegado, Francisco Martín, para que se procediera lo antes posible. Dicho y hecho. El delegado se felicitó ayer mismo por la operación: «La Policía Nacional realizó una labor extraordinaria el pasado lunes por la mañana en la ciudad de Parla desalojando ese inmueble. Trabajaremos para seguir garantizando la seguridad en Parla y en el conjunto de la Comunidad de Madrid», afirmó Francisco Martín durante una comparecencia.

«Hicimos mucha presión», señala Pinna. Y la seguirán haciendo. La asociación se creó hace 21 años. Y, tras un tiempo de inactividad, regresó hace meses a pleno rendimiento, precisamente por problemas como los mencionados. «Nos tienen algo de respeto. Les hacemos ver las cosas que no nos gustan. Y si no actúan, actuamos nosotros».

También se pusieron en contacto con todos los grupos políticos. Todos los representados en el Consistorio le prestaron atención, salvo Podemos. Su portavoz publicaba un reel en redes sociales criticando la actuación de la Policía. «El problema no son ellos ni ellas. Es un sistema que prefiere tener hoteles vacíos que especulan con fondos buitres antes que garantizar un techo. A los que dormís tranquilos, ¿os molesta la okupación o realmente os da miedo la pobreza?», afirmaba.

Desde el PP de Parla se dio otra respuesta. Su portavoz, Héctor Carracedo, antes de la actuación policial, criticaba el «paraíso okupa» en el que se ha convertido el municipio. «Los vecinos nos han llamado porque tienen miedo. Están preocupados de que esto se pueda convertir en un Fuente Arenosa», explicaba Carracedo el pasado lunes. Conocida como la «urbanización de los horrores», Fuente Arenosa, cuenta con más del 80% de sus pisos «okupados» y ha sido en numerosas ocasiones noticia por las reyertas y el tráfico de drogas que se generan en su entorno.

La situación del lunes pasado se saldó sin incidentes... relevantes. Entre los «okupas», muchos de ellos de origen latino, había familias con niños, pero también algunos «viejos conocidos» de Parla, especialmente por la Policía Local, y que suelen moverse en entornos delictivos. Desde la azotea del hotel, les dedicaban a los vecinos cortes de manga y «peinetas», mientras grababan las viviendas que hay abajo, muchas de ellas chalets, «fijándose en cuáles estaban menos cuidadas, en plan “cuando nos vayamos de aquí, okupamos esta”», relata Pinna a este diario.

A tropel en el supermercado

«Esta noche vamos a volver 500 más y lo vamos a hacer explotar», decía amenazante uno de los «okupas» tras el desalojo y que, de acuerdo con los vecinos, fue detenido por la Policía. No fue la única detención. Un grupo entró en un supermercado cercano, a tropel, con la cesta llena pero sin pagar un euro, aprovechando la solitaria presencia de un guardia jurado.

En cuanto a las amenazas de que los «okupas» regresen, en el caso de Pinna ya cuenta con «bagaje» al respecto. Sin ir más lejos, en su día, hace años, unos «okupas» del edificio de Toledo, 15 le amenazaron de muerte. «Pero hay otras personas, los mayores o las mujeres, que se sienten más vulnerables».

Detrás de este problema que padece el municipio de Parla en general, y el barrio de Leguario en particular, se levantan debates que, en opinión de Pinna, erran el tiro. «Los vecinos no odiamos a la persona que es pobre o inmigrante», señala. De odiar a alguien, sería «a los que no respetan las normas de convivencia».

Así, en el caso de la calle Toledo, «hay personas y familias con necesidades», pero también gente «que no quiere trabajar y que no la harán nunca», y que viven de negocios clandestinos. «Ves a algunos con relojes que el resto no nos podemos permitir». Y es que, durante los cerca de doce años que lleva «okupado» ese inmueble, han pasado muchos y muy diversos perfiles por sus habitaciones.

En todo caso, tanto el «okupa» como el ciudadano «legal» del barrio de Leguario se benefician de las acciones de la asociación. Pinna traslada todas las sugerencias de mejora directamente al Consistorio: aceras rotas, carriles bici en mal estado... «Al final, por eso, los «okupas» también te respetan», concluye el vecino.