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Radiografía de Rocío Monasterio: estos son los puntos fuertes y débiles de la candidata de Vox

Vox se enfrenta a la posibilidad de ser «esquinada» por una victoria absoluta de Isabel Díaz Ayuso

Rocío Monasterio
Rocío MonasterioT. NietoLa Razón

Agravios y campaña. La presidenta de Vox Madrid y candidata a liderar el Ejecutivo autonómico, Rocío Monasterio, se ha preguntado este mismo miércoles «por qué siempre las ayudas se las llevan los mismos», para prometer, a continuación, que su partido «va a acabar con esto».

Durante una visita a Collado Villalba, en la recta final de la campaña para las elecciones autonómicas y municipales del domingo, 28 de mayo, Monasterio ha asegurado que los vecinos de las distintas localidades y barrios de Madrid les trasladan que «las ayudas nunca les llegan a los madrileños». Un discurso que busca, de nuevo, conectar con todos aquellos que consideran el «favor» y los fondos públicos que se dedican a la integración de los inmigrantes, y el supuesto desamparo en que quedan los españoles -en este caso madrileños-, frente a los recién llegados. Un discurso que se une también a un asunto, como la «okupación», sobre el que, afirma, «los madrileños no pueden más», y ante el que ha abogado «por priorizar al que de verdad lo está pasando mal» así como «dejar de financiar al que está ‘okupando’ la vivienda, dejar de financiar al que es un delincuente, dejar de financiar al que incumple con todo, al que es un incívico, al que no respeta nada». «Desde luego con Vox en el Gobierno esto se va a acabar», ha insistido. Un relato duro y maximalista que airea para diferenciarse de la actual presidenta regional y candidata del PP, Isabel Díaz Ayuso.

Sobre esta pugna electoral, en la que la líder de Vox tiene ante sí a Ayuso como favorita y «responsable» de la posible fuga de votos de su partido hacia el Partido Popular, Juan Carlos Jiménez Redondo, catedrático de Historia del Pensamiento y de los Movimientos Sociales de la Universidad San Pablo CEU y experto analista político, afirma a LA RAZÓN que «realmente la posición de Vox es complicada. Porque en un escenario prácticamente monopolizado por el liderazgo de Díaz Ayuso es muy difícil encontrar un espacio político en el espectro de la derecha». En opinión de Jiménez Redondo, «el gran dilema de Rocío Monasterio ha sido, y sigue siendo, encontrar un papel que Vox pueda jugar, pero sin confundirse con la oposición a Díaz Ayuso que representan las izquierdas. Su apuesta más llamativa a este respecto es la nueva definición que la candidata asume para Vox como partido patriota y obrero, pero que seguramente ella tan mal representa, por lo menos este segundo elemento». El catedrático de la Universidad San Pablo CEU afirma que «su necesidad de diferenciación le ha llevado a una política de progresiva ruptura con respecto a Ayuso que puede tener un doble efecto. Por un lado, seguro que reafirma a sus convencidos al apelar a su dignidad. De ahí esa idea últimamente tan repetida de que Vox no es un apéndice del PP. Pero, por otro, puede sufrir el castigo del voto útil que tenderá a ser más fuerte cuanto menos seguro aparezca la mayoría absoluta de Ayuso». A ello se une, apunta Jiménez Redondo, que «en Madrid, Vox tiene muy difícil acusar al PP de blando o de proximidad al PSOE. De ahí su insistencia en que el Partido Popular de Madrid no ha derogado lo que ellos llaman leyes ideológicas como la ley trans autonómica, intentando remarcar que Ayuso no es la verdadera derecha». Todo ello, apunta el analista político, «es un intento demasiado forzado e inverosímil, pero demuestra el problema de Vox para encontrar un discurso alternativo al PP de Madrid que le permita crecer electoralmente».

Por su parte, Pablo Martín Díez, director académico de la Institución Educativa de Análisis, Liderazgo, Estudios Políticos y Humanismo (ALEPH), apunta sobre la candidata de Vox a la presidencia de la Comunidad de Madrid que «Rocío Monasterio es una de las candidatas más estables y arraigadas de su formación política. Además, cuenta con un suelo electoral sólido que está seguro de votar a Vox para condicionar la acción de gobierno del Partido Popular; es improbable que Isabel Díaz Ayuso busque apoyos en partidos de la izquierda y, por tanto, solo tendrá la muleta de Vox en caso de que no alcance la mayoría absoluta». Al hilo de esto, Martín Díez afirma que «sin embargo, precisamente, la posibilidad de que el PP alcance la mayoría absoluta es la gran debilidad de la candidatura de Vox, ya que el voto conservador se puede concentrar en Isabel Díaz Ayuso para garantizar un gobierno estable. Las campañas se mueven entre continuidad y cambio: está claro que el PP representa la continuidad, ¿pero qué es Vox? Seguramente, Rocío Monasterio no representa ni continuidad ni cambio en el imaginario de los votantes». Por último, en contra de la líder de Vox, Martín Díez apunta que «además, la integridad de Rocío Monasterio se ha visto comprometida» por la polémica ligada a una obra realizada en un ático por una empresa de la candidata. Un episodio sobre el que desde Vox precisan que tiene que ver con una sentencia que "solo condena al pago de unas simples tasas administrativas, mientras que niega al cliente de 'Rocío Monasterio y Asociados' (RMA) el pago de hasta 250.000 euros que él demandaba". "El pago de unas tasas que también ha sido recurrido, por lo que la sentencia no es firme", añadió Vox en un reciente comunicado.

Por último, para Manuel Mostaza, responsable global de Asuntos Públicos en Atrevia, afirma sobre la próxima cita electoral lo que muchos también apuntan: la posibilidad de que la líder de Vox y su formación queden «esquinados» ante el empuje y la mayoría de Isabel Díaz Ayuso: «la candidata del PP ha generado el relato de “pararle los pies al Gobierno de Pedro Sánchez’’, como se pudo ver de manera gráfica con la polémica de Bolaños. Esto debilita a Vox, pero también sus comentarios liberales le permite atraer voto de Ciudadanos».

En las horas finales de la campaña, Rocío Monasterio, obvia la batalla regional para agitar con fuerza la polémica internacional a cuenta del voto por correo en Melilla y poner el foco en Marruecos como artífice del entuerto. Vox busca diferenciarse del PP para no ser irrelevante en la aritmética electoral del día 29-M.