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«Los ratitos del Tobalo»: el flamenco, como en casa

Todos los jueves hay una cita en el Trocadero Commodore

La cercanía con los artistas es el gran aliciente de esta propuesta del Grupo Trocadero
La cercanía con los artistas es el gran aliciente de esta propuesta del Grupo TrocaderoLRM

«Los ratitos del Tobalo» constituye un «festival off» que bebe del conocido Festival Trocadero en Sotogrande por donde han pasado todos los grandes nombres del flamenco: Farruquito, el Cigala, Estrella Morente, José Mercé, Israel Fernández, Poveda o Rancapino Chico, entre otros. Ese evento tiene lugar a pocos kilómetros de Gibraltar, dentro de Sotogrande y ubicado en lo que antiguamente fue el legendario club de playa «El Cucurucho». Sin embargo, ahora cobra vida en Madrid con una versión íntima y de enfoque más informal. En estos «ratitos del Tobalo», los artistas se sientan en sofás alrededor de una mesa rodeados por un público que se siente en el salón de su propia casa. La luz es tenue, el ambiente recogido y natural, y el duende fluye mientras se improvisa desde flamenco más ortodoxo hasta «jam sessions», donde «el Tobalo» ejerce de maestro de ceremonias y el jazz, el pop y la música latina se fusionan.

Por Trocadero Commodore ya han pasado artistas de la talla de Antonio Carmona, Israel Fernández, Alba Molina, el tío Guadiana, Rafael Amargo, Mara Rey, Lucía y Marina Carmona y un largo etcétera.

Espacio mítico

Esta cita obligada en Madrid cuelga el lleno absoluto todas la noches de los jueves, donde los asistentes disfrutan de la gastronomía y el ambiente del grupo Trocadero.

Hay que recordar que hablamos del mítico local Mayte Commodore, testigo de grandes acontecimientos históricos y lugar de reunión de personajes ilustres. De hecho, está considerado uno de los espacios donde se fraguó el periodo de la Transición. Míticas fueron las reuniones de políticos en los salones privados del restaurante a mediados de los setenta, donde se llegó incluso a pactar la legalización del PCE entre Adolfo Suárez y Manuel Fraga, aficionado a preparar queimadas en el restaurante.

De la mano de Trocadero, ha comenzado ahora una nueva vida en la que, aun permaneciendo fieles a la esencia del grupo, se ha adaptado al espíritu vibrante de Madrid.