Hogar Sí

Un refugio para recuperar la ilusión por vivir

Visitamos una de las viviendas de recuperación de la salud de la Fundación MAAS y Hogar Sí

Paco, Yasmin y Vicky son tres de las sesenta personas que conviven en una de las viviendas para la recuperación de la salud
Paco, Yasmin y Vicky son tres de las sesenta personas que conviven en una de las viviendas para la recuperación de la salud Alberto R. Roldán

Se acerca la hora de comer. En la casa número tres, la única autónoma de la Fundación María Asunción Almajano Salvo (Fundación MAAS) y Hogar Sí, Vicky corta unas judías verdes mientras un asado se termina de hacer en el horno para sus otros siete compañeros. La dominicana lleva más de un año viviendo allí, pero no es su primera vez en una de estas viviendas destinadas a la recuperación de la salud. «Hace seis años vine por un cáncer de mama, me recuperé, me revelé y me fui. Pero la enfermedad volvió y llevo algo más de un año aquí», cuenta a este periódico. Cuando recibió «esta bofetada de realidad», como ella misma lo define, se vio sin trabajo, sin casa y sin familia. Sin embargo, gracias a este proyecto ha podido suplir todas estas carencias. «Esto es una familia, yo ya no quiero nada más. Somos como hermanos, nos queremos y nos peleamos, pero así vamos al frente, a ver si salimos de esto». De esta experiencia destaca la libertad y el apoyo que les dan. «Tenemos ayuda en todo los aspectos que necesitamos, en la calle yo no podía saber que tengo derecho a tantas cosas y gracias a ellos, sí. Se lo recomiendo a todo el mundo, he estado en otros proyectos y nada que ver con esto».

Hogar Si, es un proyecto de viviendas para la recuperación de la salud donde las personas sin hogar se recuperan de sus convalecencias o reciben cuidados paliativos acompañados siempre por un equipo profesional multidisciplinar.
Hogar Si, es un proyecto de viviendas para la recuperación de la salud donde las personas sin hogar se recuperan de sus convalecencias o reciben cuidados paliativos acompañados siempre por un equipo profesional multidisciplinar.Alberto R. Roldán La Razón

Otra gran apoyo para ella, está siendo su compañera Yasmin, también paciente de cáncer. Son las únicas mujeres de la casa. Esta última, llegó hace tres años desde Bolivia. Juntas comparten su pasión por la cocina y se entienden a la perfección por estar pasando por una situación similar. «No quiero imaginar donde estaría si no fuese aquí… estoy sola en este país, así que esta es mi casa y ellos mi familia. El proceso es duro, son muchos médicos, tratamientos y cirugías… pero dentro de lo que cabe, lo llevamos bien», confiesa la boliviana.

Yasmin y Vicky, están siendo un apoyo mutuo para superar la enfermedad que padecen
Yasmin y Vicky, están siendo un apoyo mutuo para superar la enfermedad que padecenAlberto R. Roldán

El objetivo del programa en el que están incluidas no es solo sanitario, también social. Aunque siempre acceden a él por un motivo sanitario –enfermedad crónica estabilizada o de nuevo diagnóstico, convalecencia o personas paliativas-. Hasta que la parte sanitaria no se ha resuelto, no salen de él, pero si la situación social no ha mejorado, tampoco. Esta última va desde la situación residencial, el acceso a empleo o recursos económicos o acceso a documentación administrativa. Es en la dificultad de valorar que esa parte social esté resuelta para poder dar de alta a los pacientes, que puede volver los procesos de recuperación en largos y lentos. Aunque la estancia media suele ser de nueve meses, no hay un tiempo máximo, lo que necesite cada persona para que salga de allí poder despegar a una vida autónoma.

Paco lleva siete meses conviviendo en la casa número tres. Como todos los que están allí, ha pasado por muchas cosas: trances duros, enfermedades o por un golpe de mala suerte. Pero hay algo que todos comparten y es que necesitan que se les eche una mano. «En mi caso viene de largo, empezó con la pandemia, me fui a la ruina. Me recuperé, encontré trabajo, tenía una vida estable… pero tuve la mala suerte de caer enfermo, pasé por un fallo multiorgánico y me desahuciaron», explica. Aunque llegaron a clasificarle como un caso «no recuperable», los médicos lo consiguieron y tras una larga hospitalización, está totalmente recuperado. «Quiero empezar a vivir, he recuperado la ilusión y tengo ganas de volver al campo de batalla. Ellos son los responsables, se han encargado de tirar de mí y recordarme cada día que puedo seguir adelante». De allí se sale bien y por la puerta grande.

Hogar Si, es un proyecto de viviendas para la recuperación de la salud donde las personas sin hogar se recuperan de sus convalecencias o reciben cuidados paliativos acompañados siempre por un equipo profesional multidisciplinar.
Hogar Si, es un proyecto de viviendas para la recuperación de la salud donde las personas sin hogar se recuperan de sus convalecencias o reciben cuidados paliativos acompañados siempre por un equipo profesional multidisciplinar.Alberto R. Roldán La Razón

Los dispositivos de atención a personas que se encuentran en situación «sinhogarismo» son normalmente colectivos y que tienden bastante a la despersonalización. Las estancias suelen estar vinculadas a un tiempo máximo, cuentan con normas estrictas, con un marco muy institucionalizado y no son viviendas sino espacios grandes colectivos. Desde Hogar Sí huyen de eso. Entienden que esa no es la manera, ni de intervenir con las personas ni de conseguir que tengan un proyecto vital que vayan a desarrollar y que en definitiva, es suyo.

Ellos se definen como la «muleta» que les acompaña en el camino; los objetivos los marcan ellos y solo ellos saben qué hacer con su vida y qué es lo mejor y lo peor. «Aquí puedes ser tú mismo, hacer tus planes, salir o entrar pero teniendo la confianza para compartir con ellos…te da la opción a volver a soñar», apunta Paco. Pero sin duda, lo más importante para los residentes, es la cercanía y el cariño que reciben por parte de todos los que trabajan allí. «Pasamos de ser un trámite a ser personas. Saben quiénes somos, qué nos pasa, qué nos gusta… formamos parte de un todo. Esto les ayuda a ellos a hacer su trabajo y a nosotros, para recuperarnos», sentencia.

Desde Hogar Sí huyen de la despersonalización que suelen tener otros centros de apoyo
Desde Hogar Sí huyen de la despersonalización que suelen tener otros centros de apoyoAlberto R. Roldán

Las viviendas para la recuperación de la salud nacen en 2012 tras la experiencia en los distintos programas de la entidad Hogar Sí. Estos mostraron que no existe un recurso especializado para las personas sin hogar con problemas de salud. En concreto, detectaron que existían personas a las que no se les facilita un tratamiento de quimioterapia por no disponer de un lugar en el que recibir los cuidados precisos. También, que las personas sin hogar acuden en muchas más ocasiones a urgencias, dado que no tienen adherencia los tratamientos médicos, ni una dieta adecuada a sus necesidades, ni los seguimientos precisos. Al detectar esta necesidad, mediante convocatorias de IRPF y fondos propios, se pone en marcha el programa de Salud en Madrid.

Por el momento, solo se han conseguido que este «derecho para las personas» se estabilice en Córdoba y en Murcia, además de la capital. Aquí, cuentan con una licitación hasta 2025 y a partir de ahí, seguirán incidiendo en comunicar las necesidades y la situación existente. Ya son más de mil las personas que se han beneficiado de este programa financiado al 100% por la Comunidad de Madrid y la lista de espera para acceder a él no deja de crecer. Por esto y por las evaluaciones del programa estos últimos años, las plazas han pasado de 40 a 60 y esperan que puedan seguir en aumento y expansión. Ubicadas en el barrio de Las Tablas, solo para estas seis viviendas, un equipo multidisciplinar de treinta personas prestan atención las 24 horas y los 365 al año para abarcar todas sus necesidades.