Los trabajos y los días

Sánchez en Cuelgamuros

"Aquí nunca se ha gobernado con sentido de consenso, sino por decretazos y mayorías"

Pedro Sánchez durante su visita al laboratorio forense del Valle de los Caídos
Pedro Sánchez durante su visita al laboratorio forense del Valle de los CaídosEuropa Press

La oposición da por muerto a Pedro Sánchez y Pedro Sánchez se ha ido a ver a los muertos de Franco en Cuelgamuros. Aquí existe una política-retrovisor que se hace siempre mirando hacia atrás, echando las deudas pendientes al prójimo, porque para la politiquería el pasado, más que un país extraño, como dicen los historiadores, es toda una intendencia. Un argumentario para apedrear a los de la bancada de enfrente, lo que da un reflejo muy goyesco de nosotros mismos.

La Guerra Civil nos ha dejado en las cunetas una herencia de fosas difícil de gestionar. La Transición no lo resolvió y, después, tampoco se ha sabido dar una respuesta consensuada, porque en nuestra Iberia nunca se ha gobernado con sentido de consenso, sino por decretazos y mayorías, algo que nos perfila bastante bien y nos define como un pueblo de revanchismos y de muy escasas generosidades. Que el PSOE se marcara una Memoria Histórica y ahora se desmarquen los del PP y Vox con unas Leyes de la Concordia de muy deficitario fondo solo prueba que aún estamos metidos en nuestros atrincheramientos seculares, y que más allá de la pachanga y la farra, aquí somos incapaces de tender la mano.

En estas tierras todavía tenemos una prole de guardacantones a los que les irrita que otros sepulten a los familiares que crían cardos en arcenes y tapiales, sin que caigan en la cuenta de que oponerse a eso no supone solo negarles un entierro, sino también la humanidad, porque no existe nada más humano que dar sepultura a los tuyos, algo que entendían bien los neandertales pero que le cuesta comprender a muchos homo de hoy.

España es secularmente un sitio donde a los muertos nunca acabamos de enterrarlos del todo, ya que en cualquier momento nos resultan útiles y nos viene bien sacarlos del armario para hacer un mitin en Las Ventas. Lo que menos cuenta en esto son los familiares, de los que nadie se acuerda, y a los que tampoco nadie invita a Cuelgamuros.