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Paseo por Madrid

Los únicos asesinos

El delito de Ayuso es romper los esquemas a la izquierda y la odian porque ya no saben qué hacer para echarla

Residencia de la Comunidad de Madrid EUROPAPRESS

No recuerdo que Enrique Tierno fuera llamado «asesino» cuando murieron más de ochenta jóvenes en la discoteca Alcalá 20 por la falta de inspección municipal. La portavoz del PSOE, Reyes Maroto, y la secretaria de Podemos, Ione Bellarra, han llamado a la presidenta de la Comunidad «asesina» y «homicida». Belarra tiene práctica. Es cómplice de varios regímenes asesinos: Rusia, Venezuela, y Cuba y nadie la ha llamado «homicida».

La Comunidad, como todos, hizo cosas bien y mal durante la pandemia. Tenía personas no capacitadas, del partido claro, al frente de algunos negociados, y no hablo del consejero. Los hospitales se bloquearon y las residencias no tuvieron medios suficiente para luchar contra el virus.

No recuerdo a la izquierda llamar asesino al tonto de mi pueblo, un tal Fernando, que dijo en televisión que la epidemia no llegaría a España, afectaría a seis o siete personas y que no había que llevar mascarilla. La mascarilla, se demostró, salvó vidas. Nadie le llamó asesino. Ayuso no es la culpable de las muertes, lo mismo que Sánchez, a pesar de tener a su mando a un incompetente y mentiroso.

El delito de Ayuso es romper los esquemas a la izquierda y la odian porque ya no saben qué hacer para echarla. El reportaje de TVE sobre las residencias es una venganza del director general por su despido de Telemadrid. Los únicos asesinos que hay en la política española son los terroristas que mataban, o los que justificaban las matanzas, y que hoy están en las Cortes.