Semana Santa

Visita sorpresa de los Reyes a Chinchón para presenciar la Pasión viviente

La fiesta cuenta con una tradición de sesenta años y está declarada de Interés Turístico Nacional

Han pasado 60 años desde que la Pasión de Chinchón saliera a las calles del pueblo por primera vez. Fue en 1963 cuando el coadjutor local ponía en marcha una iniciativa, por entonces mucho más sencilla de lo que es hoy, que pretendía recuperar la tradición de los autos sacramentales. Aquellas modestas representaciones fueron perfeccionándose con los años, ganando en calidad y en número de participantes. También de espectadores. Algunos ilustres, como la Familia Real y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, quienes han acudido esta noche a presenciar esta Pasión que ostenta el título de Fiesta de Interés Turístico Nacional desde 1983.

Si bien el recorrido de la Pasión de Chinchón –que es el Vía Crucis más antiguo de la Comunidad de Madrid– comenzaba con la caída del sol, todo el pueblo viene implicándose en su celebración desde mucho antes.

Han sido meses de ensayos que culminaban con los últimos preparativos, la búsqueda de ramas de olivo por parte de los agricultores. La primera escena comenzaba este Sábado Santo alrededor de las 21:00 horas en el balcón del Ayuntamiento, con la representación de la última cena. Ese es el momento en el que un clima de solemnidad se adueña de todos los presentes, que acompañan a Cristo hasta la cruz. Así, la Plazuela de San Roque se transformó anoche en el Huerto de los Olivos, donde Jesús fue arrestado tras la traición de Judas. El balcón de un domicilio particular cercano hizo de Palacio de Pilatos, donde Jesús fue condenado a muerte, y donde comenzó su recorrido hacia el Calvario, recreando, por unas horas, Jerusalén en Chinchón.

Como cada año, Jesús –interpretado por un agricultor llamado Reinaldo– cargó ayer con la cruz. Y, tras las tres caídas relatadas en el Evangelio, la Plaza Mayor acogió la escena de la crucifixión. Pero la representación no acaba aquí. En este último día de celebración de la Semana Santa, se hace fundamental acabar este recorrido con la Resurrección. Un broche final acompañado por un espectacular juego de luces que confirma a Chinchón como punto esencial de estas fiestas en Madrid.