La semana
Yolanda Díaz pone a Ayuso en la diana tras la lluvia de críticas a su plan del ocio nocturno
La vicepresidenta vuelve a ponerla en la diana después de ser reprochada por el sector hostelero
La vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Díaz, ha decidido esta semana salir de Moncloa para hacer campaña por su formación en las elecciones vascas. Emulando al presidente del Gobierno, fuera de Palacio desde las primeras noticias del caso Koldo, la líder de Sumar ha puesto tierra por medio con Madrid después de la sonada ola de críticas de esta semana a cuenta de sus planes para limitar el horario de la hostelería. La ministra de Trabajo ha buscado su momento de gloria a costa de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, y el retorno ha sido una losa de desafecto. Aprovechando la ausencia de declaraciones de los socialistas, escondidos tras el escándalo del caso de las mascarillas, Díaz pisó el acelerador contra las políticas de la dirigente popular consciente de que apuntar a Ayuso otorga un titular seguro.
Tras el extraordinario fracaso en las elecciones gallegas, la líder de Sumar había mantenido un perfil bajo hasta que reveló que trasnochar hasta la una de la madrugada resiente la salud mental. No hizo falta nombrar a la presidenta de la Comunidad para darse cuenta de que sus palabras iban dirigidas a ella y a los tabernarios habitantes de Madrid, una «absoluta locura» de ciudad donde la gente puede cenar tarde e incluso acostarse a las mil si le da la gana.
Yolanda Díaz quiere que la «penúltima» se tome a las diez de la noche y se cene en horario europeo, aunque Madrid lidere el ocio vacacional, el turismo de congresos y según los sectores afectados, Europa quiera precisamente «españolizar» el ocio nocturno. Añaden, además, que los planes de Díaz pondrían en riesgo muchos puestos de trabajo. «Antes se cierra Sumar que un restaurante en Madrid a las 12 de la noche», le reprochó el número dos de Ayuso en Génova, Alfonso Serrano. La ministra de Trabajo quiere prohibir el desvelo y la presidenta madrileña no ha tardado en ponerle nombre a sus ensoñaciones. «Nos quieren puritanos, materialistas, socialistas, sin alma, sin luz y sin restaurantes porque les da la gana. Aburridos y en casa», le espetó.
Las restricciones horarias defendidas por Díaz han adquirido tal repercusión que el disparate ha provocado la reacción de la hostelería y el asombro del ministro de Industria y Turismo, el socialista Jordi Hereu. Preguntado por las intenciones de la ministra, ha evitado criticar los horarios y destacar la mejora de las condiciones de trabajo en el turismo. Nada dijo Yolanda Díaz de las inspecciones de Trabajo, que son de su competencia. Tampoco se refirió a otros sectores con horarios nocturnos como médicos, bomberos, policías…La repercusión en la salud mental por estos horarios parece que sólo afecta a quienes atienden en bares y restaurantes a los trasnochadores madrileños. Sin decirlo, pareciera que la líder de Sumar buscaba el cuerpo a cuerpo con la presidenta de la Comunidad ahora que el Gobierno de Sánchez está en horas bajas. Los representantes del sector de la restauración han salido en tromba esta semana para denunciar las pretensiones de la vicepresidenta, recordar que el ocio nocturno genera tres mil millones de euros al año en Madrid y que los bares cumplen con la legalidad. Sólo los que cuentan con doble licencia están habilitados para servir cenas y copas después, por lo que instan a Díaz a olvidarse de sus pretensiones.
El tsunami antiprohibición en torno a la líder de Sumar no le impidió volver a cargar contra Ayuso. Esta vez, la ministra criticó a la presidenta madrileña desde Bilbao. Aprovechando un acto de partido, calificó a la dirigente popular como «heroína de la libertad» y la acusó de querer «obligar a las madrileñas a ser madres», aunque no lo deseen. «Es la libertad que concibe la derecha y la extrema derecha», afirmó en referencia a las declaraciones de Ayuso en torno a la decisión francesa de blindar en la Constitución el derecho al aborto. La presidenta no ve «ningún avance» en el paso dado por Francia y, por el contrario, ha enfatizado que su defensa debe ser la de «la vida».
Díaz utilizó la «libertad» como ataque a Ayuso días después de las innumerables críticas que ella recibió por querer intervenir el horario de los restaurantes. Lo que para la ministra es un dardo, para la presidenta es el eje de sus políticas, como bien saben en Moncloa, donde la han convertido en la diana de sus embestidas.
La popular ha celebrado esta semana que la agencia de calificación Fitch haya vuelto a elevar la solvencia financiera de la Comunidad de Madrid después de subir su nota de BBB+ a A-, la máxima evaluación a la que puede optar una comunidad autónoma. La semana en la que la vicepresidenta se estrella por intentar atacar a Madrid por sus políticas, la Comunidad obtiene la quinta subida en cuatro años, lo que significa el reconocimiento de la pujanza económica de la región y su reducción del déficit sin depender del Estado.
Las políticas que disgustan a Yolanda Díaz han situado a Madrid como la única autonomía de régimen común que alcanza el mismo rating del Estado, según las principales agencias de calificación: S&P, Moody’s, Fitch y DBRS. Es la primera sin un régimen especial con la deuda más baja de España, con un PIB del 13 por ciento, 9,3 puntos por debajo de la media nacional, según los últimos datos del Banco de España, unos excelentes resultados que la vicepresidenta bien podría calificar de «auténtica locura».
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