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Medio Ambiente

La santísima Transición

Ramón Tamames
Ramón Tamames Cristina BejaranoLa Razón

Se encabeza este artículo de hoy con la denominación para una fase reciente de la Historia de España: los años que precedieron y siguieron a la Constitución. Y seguro que, si viviera, Paco Umbral ya estaría hablándonos de la «Santísima Transición», desde 1970 a 1980.

Esa década, actualmente es considerada por algunos como «tempushorribilis», cuando en realidad, haciendo el número de doce o trece de las Constituciones que hemos tenido, es la única que no fue un «trágala» de vencedores sobre vencidos: progresistas sobre moderados, centralistas contra federalistas, de soberanía nacional frente a privilegios del rey. Creo que en este momento, cuando se oyen las voces de los que quieren romper España, o marcharse de ella, es bueno recordar que una Constitución no se escribe para sustituirla después, en su totalidad, por otra Carta Magna. Lo que debe hacerse es mantener la misma Constitución con las enmiendas necesarias.

En ese sentido, la Constitución de EE.UU. de 1787 es un verdadero modelo. Y la referencia definitiva cuando algunos listos de ahora manifiestan que la mayoría de los ciudadanos hoy vivos en España no votaron nuestro texto legal de 1978. Y que por eso, gran necedad, ya no tiene valor. ¿Qué sucede entonces con la Constitución de EE UU de 1787? No la firmó nadie que hoy siga vivo, porque tiene ya casi dos siglos y medio de vigencia. Y en la vía de su mejora ha tenido 27 enmiendas. Podríamos terminar con un ¡Viva la Constitución!, recordando Cádiz 1812, con el vivo recuerdo de su artículo 1, donde se dice aquello de que «la Nación Española es la reunión de todos los españoles de ambos hemisferios».