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Verde

Calcular y compensar tu huella de carbono desde el móvil

Las calculadoras de huella de carbono sirven para conocer cuál es el rastro de CO₂ que deja nuestra actividad diaria. Algunas, además, ofrecen soluciones para compensarlo

Los bosques son una solución natural para absorber el CO₂
Los bosques son una solución natural para absorber el CO₂Fundación Repsol

Vivir deja huella. Al ducharnos y tomarnos un café cuando nos levantamos, mientras nos desplazamos al trabajo, si mandamos un correo electrónico, en la vuelta a casa, cuando preparamos la cena y nos ponemos una serie… todo eso va dejando una huella en el planeta y muchas veces no somos conscientes de ello.

El concepto de huella de carbono se consolidó en los años 90. Uno de sus antecedentes fue el trabajo doctoral del profesor William E. Rees de la Universidad de la Columbia Británica. Este teórico relacionaba la cantidad de recursos necesarios para producir bienes y servicios para referirse al impacto ecológico de las actividades humanas. El término tal y como lo conocemos hoy día se extendió como un indicador medioambiental, que expresa en kilos o toneladas de CO, la emisión asociada a un producto, actividad o servicio determinados que realice una empresa, un organismo o cualquiera de nosotros en nuestro día a día.

¿Por qué es tan importante conocer el CO₂ que emitimos? Porque la ciencia ha determinado que si bien la presencia de dióxido de carbono es algo natural en la atmósfera y ayuda a que la tierra sea habitable, las concentraciones de este gas se han disparado debido a la acción humana desde la era industrial. La consecuencia es una subida de las temperaturas medias y el desajuste del comportamiento de la atmósfera. Combatir este cambio climático antropogénico, por tanto, es sinónimo de reducir y controlar las emisiones de CO₂ en la atmósfera.

Para reducir la huella de carbono es importante conocerla y para esto es necesario medirla. La ONU, convencida de que calcular las emisiones podría servir para ayudar a la acción climática, publicó en su web en 2020 una calculadora de emisiones. Está pensada para que las empresas puedan tomar decisiones responsables con respecto a la sostenibilidad de sus productos, incluso dentro de sus cadenas de suministro, y para que los ciudadanos puedan decidir con mayor conciencia ecológica a la hora de hacer sus compras. Esta calculadora se habilitó inicialmente para el sector textil, al que se han añadido el de mobiliario, libros o juegos, y tiene en cuenta a toda la cadena de fabricación y aprovisionamiento además del ciclo de vida útil de cada producto; en el caso de una prenda considera desde el origen de la materia prima (por ejemplo si fue cultivada con más o menos uso de fertilizantes) hasta cómo se fabricó y cuántos kilómetros ha hecho desde el país de origen hasta los centros de compra.

La de la ONU no es la única herramienta tecnológica que nos ayuda a medir nuestra huella de carbono. El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico en España cuenta con una web similar pensada para organizaciones privadas, ayuntamientos y explotaciones agrarias. Existen muchas más; algunas como EcoTransIT World API, están dirigidas específicamente a un sector, en este caso el transporte de mercancías. La aplicación tiene en cuenta diferentes tipos de vehículos (camión, barco…) y diversas variables como el origen y el destino, el peso de la carga, etc.

Sin embargo, conocer la huella de carbono no es sólo una medida útil para empresas y entidades. Para los ciudadanos también hay disponibles calculadoras que les ayudan a entender de qué forma sus decisiones diarias (cómo usan la energía en casa, la forma de desplazarse, o sus hábitos de alimentación y consumo…) afectan a la cantidad de CO que emiten.

Un ejemplo es el marketplace Motor Verde, la calculadora de Fundación Repsol. A través de esta herramienta digital, tanto particulares como empresas pueden obtener un cálculo de su huella de carbono en tres pasos. Como explica Enrique Fernández Puertas, director de Digitalización en Repsol: “Gracias a estas aplicaciones podemos tener desde el móvil un control muy efectivo de nuestra actividad energética y los productos que consumimos, y todo esto está basado en los datos y la inteligencia artificial”.

El objetivo de Motor Verde es replantar hasta 70.000 hectáreas
El objetivo de Motor Verde es replantar hasta 70.000 hectáreasFundación Repsol

Además de calcular la huella de carbono, esta plataforma da la posibilidad de mitigar ese CO a través de una solución natural: los árboles. Quien lo desee puede elegir uno de los bosques españoles reforestados por Fundación Repsol a través del proyecto Motor Verde para que esos árboles absorban el CO. Como explica Javier Torres, director de Repsol Impacto Social: “Cada vez más hemos descubierto un interés creciente de los ciudadanos por los temas relacionados con medio ambiente y por supuesto con el impacto en la sociedad. En paralelo, también hemos comprobado cómo las empresas demandan cada vez más soluciones en este sentido. De alguna manera quieren ser partícipes del cambio”.

Si sabemos cuánto CO₂ emitimos, podemos decidir qué queremos hacer al respecto. Mitigar aquello que es inevitable es una parte, la otra es reducirla con pequeñas acciones. Y es que, sin ir más lejos, usar una bicicleta en lugar del coche para viajes cortos puede reducir las emisiones del trayecto hasta en un 75%, según cuantifica la Universidad de Oxford en sus estudios “Our World in Data”. Consumir de forma responsable, apostar por productos locales, por el autoconsumo o por contratar energía renovable en casa y optar por el transporte público son decisiones fáciles de tomar y que ayudan a reducir nuestro impacto en el planeta de forma sencilla.

Motor verde

Se trata de un proyecto de reforestación en España para la compensación voluntaria de emisiones. El objetivo es reforestar en los próximos años 70.000 hectáreas de terrenos baldíos o afectados por incendios, que se calcula absorberán 16 millones de toneladas de CO₂. Se trata de una iniciativa de Fundación Repsol y su participada Grupo Sylvestris que arrancó en 2021.

Un proyecto con el que se contribuye al desarrollo social de las zonas rurales donde se ubican sus árboles, apostando por generar empleo local e inclusivo, ofrecer formación especializada y ayudar en la creación de negocios ligados al sector forestal.