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Huella de carbono

Cómo reducir la huella de carbono: consejos para el hogar

Muchas de las actividades que hacemos impactan en el planeta porque emiten emisiones de gases de efecto invernadero

Cómo reducir la huella de carbono: consejos para el hogar cedida

La huella de carbono es la cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) que llegan a la atmósfera y que produce un ser humano con su consumo o actividad. Cuanto mayor es la huella de carbono, mayor es el daño que provocamos al planeta.

Muchas actividades dependen de los combustibles fósiles que, emiten los denominados gases de efecto invernadero (GEI): dióxido de carbono, metano, hidrofluorocarburos o perfluororcarburos, óxido de nitrógeno y el ozono.

Las emisiones de estos gases forman parte del ciclo natural. Sin embargo, en las últimas décadas han crecido a gran velocidad, entre otros motivos porque la actividad humana también ha aumentado a un ritmo imparable.

Una de las consecuencias más importantes es el calentamiento global y los efectos de esta amenaza son visibles en cualquier lugar del planeta:

Los glaciares se derriten y muchos animales se están viendo obligados a desplazarse; Los patrones del clima están cambiando y también los ecosistemas, que deben adaptarse a las nuevas condiciones. Si no lo consiguen, las especies corren el peligro de extinguirse; La última década también ha sido la más calurosa de la historia; las sequías e inundaciones son cada vez más comunes y recurrentes; el nivel del mar crece y para finales de siglo se espera que lo haga por encima de un metro si no se reducen drásticamente las emisiones.

Según datos de Naciones Unidas, las emisiones mundiales de dióxido de carbono han aumentado casi un 50% desde 1990. Por eso, el objetivo de la Unión Europea para el año 2050 es conseguir la neutralidad climática, es decir, lograr emisiones de dióxido de carbono netas iguales o inferiores a cero.

El objetivo es ambicioso y es un camino largo al que todos podemos sumarnos para ir reduciendo poco a poco las emisiones. La primera prueba importante tendrá lugar en 2030, fecha en la que los europeos deberíamos haber reducido nuestras emisiones en al menos un 55 %.

Consejos para reducir la huella de carbono en el hogar

La compañía energética Naturgy, ha elaborado una serie de consejos para reducir la huella de carbono en casa.

Los electrodomésticos y dispositivos eléctricos

Desconecta los dispositivos electrónicos cuando estén totalmente cargados o ya no los estés usando.

No enciendas la luz si no la necesitas.

El 80 % del consumo energético de la lavadora se destina a calentar el agua. Lavar en frío es mucho más eficiente.

Prueba a cocinar con ollas exprés, ahorran hasta el 50 % de energía. Y si necesitas el horno, aprovecha el calor residual.

En el congelador, cuantas menos bolsas de plástico mejor. Si necesitas guardar alimentos, utiliza tuppers de cristal

Por cada 10 segundos que la puerta del frigorífico está abierta, se pierde una cantidad de frío que solo se recupera pasados 40 minutos. Para no aumentar el consumo energético, controla este pequeño gesto.

¿Lavar a mano o usar el lavavajillas? Puede parecer que el electrodoméstico consume más, pero lo cierto es que lavar a mano tiene mayor huella de carbono, sobre todo si no hacemos un uso responsable del agua. La clave es utilizar el lavavajillas siempre a la capacidad máxima.

La iluminación

Para lámparas de uso de uso frecuente, opta por LEDS. Es cierto que son un poco más caros, pero son de larga duración (si haces un buen uso, no tendrás que cambiarlos en 15 años) y ahorran entre el 80 % y el 90 % respecto a las lámparas incandescentes.

Siempre que puedas, deja que la luz natural entre en casa.

Calefacción y aire acondicionado

20 ºC en invierno y 25 ºC en verano es más que suficiente para conseguir una temperatura agradable en casa. Un grado más o uno menos hace que el consumo de energía aumente un 8 %.

Para conseguir una temperatura de confort también puedes adaptar la ropa al clima. Si en invierno te pones un pijama más grueso, tendrás una mayor sensación de confort y no subirás tanto la calefacción.

En verano, si tienes toldo, puedes bajarlo para que el sol no caliente tanto la casa. Bajarás un poco el aire acondicionado y ahorrarás energía.

La comida y la compra

los alimentos también tienen huella de carbono. La forma en que se produce la comida o los kilómetros que esta recorre hasta llegar a tu cocina son factores determinantes que influyen en la huella de carbono.

De casa al trabajo y del trabajo a casa

Es verdad que algunos viajes en coche son inevitables pero seguro que hay muchos que puedes hacer en transporte público, en bicicleta o a pie.

Durante una semana, prueba a hacer de otra forma un recorrido que sueles hacer en coche.

Compartir el coche con otros compañeros de trabajo es una buena idea, y si llevas a los niños al colegio, también podéis hacer turnos entre los padres.

Las energías renovables borran la huella de carbono

Otra opción que cada vez se plantean más hogares es utilizar energías renovables. Con una instalación fotovoltaica, tú mismo produces la electricidad que gastas y te aseguras de que no emites gases de efecto invernadero.