La energía detrás de 180 años de historia

Corría el año 1843. Europa estaba sumergida en un proceso de cambios que desembocarían en la Segunda Revolución Industrial y el nacimiento de una nueva industria: la energía eléctrica. Pero antes, mucho antes, en Barcelona, los emprendedores Charles Lebon y Pedro Gil crean la Sociedad Catalana para el Alumbrado por Gas. ¿El objetivo? Iluminar una ciudad de 150.000 habitantes entonces, ofreciendo el primer servicio público implantado en la ciudad condal. Ahí es nada. Con un capital de seis millones de reales de vellón, el equivalente a 9.000 euros, se fundó una sociedad concesionaria con una expectativa de 20 años de vida. Hoy estamos ante un gigante energético con una capitalización superior a los 25.500 millones de euros que celebra casi dos siglos de existencia.

De las ocho primeras sociedades en cotizar en la Bolsa de Barcelona, Naturgy es la única que continúa con su actividad empresarial en la actualidad. El secreto, dicen, no es otro que el de una transformación constante. De los faroles a los primeros electrodomésticos. De la introducción del gas ciudad y, más tarde, del gas natural en España, al gas renovable. De las centrales de carbón, a los parques fotovoltaicos y los aerogeneradores. De España, a estar presentes en más de 20 países de tres continentes. Fue en la década de los noventa, cuando la compañía inició una de las etapas más significativas de su historia reciente: el salto, a partir de 1992, a los mercados extranjeros.

Hoy por hoy, Naturgy cuenta con una cartera de más de 195 proyectos para generar electricidad de origen renovable en España, Australia y Estados Unidos; y una potencia renovable en operación de cerca 5,7 GW a nivel internacional. A esto se suman otros 60 proyectos para producir gas renovable; 114.000 kilómetros de líneas eléctricas y 136.272​ kilómetros de red de distribución de gas. Su posición para liderar la transición energética es privilegiada.

En España, tiene una treintena de parques eólicos y fotovoltaicos en construcción, que permitirán incorporar cerca de 1 GW de potencia instalada a la cartera del grupo a lo largo de 2024. En Australia prevé disponer, para el mismo año, de una potencia renovable operativa de aproximadamente 1GW; y en Estados Unidos, espera poner en marcha su primera planta solar en el país. Como vemos, todo cambia. Y, con la transición ecológica en la que estamos inmersos, más que nunca.

Para muestra, un botón: Naturgy instaló el primer ordenador en nuestro país y ahora inaugura el primer proyecto de BioGNL, que será fundamental para acelerar la descarbonización del transporte en nuestro país. Esta serie de avances se explican en parte porque Naturgy cuenta con un ambicioso Plan Estratégico, con el que dibuja una meta en el horizonte; dirigiéndose hacia el futuro con el mismo espíritu innovador que en 1843. ¿El fin? Hacer frente a los nuevos desafíos del siglo XXI: la reducción de emisiones, el fomento de la movilidad sostenible, la digitalización, el uso de nuevas tecnologías para la generación renovable e impulsar el rol del gas renovable en la transición energética, un vector con el que la Unión Europea pretende avanzar en la descarbonización y la independencia energética.

La visión de futuro del grupo, sin olvidar sus raíces y estos 180 años de historia e innovación, tiene como objeto transformar el actual modelo de negocio una vez más. Pero, en este caso, la misión es establecer las bases «para continuar creando valor a través de la transición energética, apostando por las energías renovables y por el desarrollo del gas renovable –hidrógeno verde y biometano– gracias a nuestra posición de liderazgo en el mercado del gas natural convencional, e impulsando la eficiencia energética y la economía circular», apuntan desde la compañía.

Lo cierto es que todos ellos son compromisos plasmados sobre el papel, a través de su Plan de Sostenibilidad. Pero también vemos ya muchos hechos. En los próximos meses veremos entrar en operación esa primera fábrica de BioGNL (biometano producido a partir de residuos). Pero los hitos se suceden con anterioridad. En 2022, por ejemplo, la compañía registró un descenso del 24% de sus emisiones totales, directas e indirectas en comparación con las de 2017. Y el año pasado, también ejecutó un total de 345 iniciativas de biodiversidad, casi cumpliendo el objetivo de las 350 previstas en el Plan de Sostenibilidad para el año 2025.

En términos de contribución a la sociedad, cabe destacar que, el mismo año en que comenzó su internacionalización (1992), Naturgy también alcanzó otro hito: crear la actual Fundación Naturgy, que desarrolla programas de acción social para paliar la pobreza energética mediante formación, acción directa con voluntarios y rehabilitación de los hogares de personas y familias en riesgo o situación de exclusión social. Además, promueve un debate riguroso sobre temas relacionados con la energía y el medio ambiente, a través de seminarios, publicaciones y programas educativos o para la empleabilidad.

Por todo ello, la compañía ha sido reconocida por algunos de los rankings más prestigiosos del mundo por su gestión social, ambiental y de buen gobierno. Aunque la intención, señalan, no es quedarse aquí, sino continuar la ambición de1843 para superar los retos que acarreará la transición energética del mañana. Y, por supuesto, seguir cumpliendo años al servicio de la sociedad.

5 años de la marca Naturgy

La efeméride de Naturgy es doble en 2023, pues su marca actual cumple 5 años de vida. Nació en 2018 y, aunque mantiene la filosofía original de una compañía histórica, pone mayor énfasis en la innovación. Además, es una marca internacional, adaptada a todos los mercados en los que opera. Por último, Naturgy representa a la energía de la naturaleza, la renovable, que trabaja para mejorar la sociedad. Por eso, en sus 5 años de vida, ha logrado estar entre las 30 más valiosas del sector, según el ranking de Brand Finance.