Land Rover Defender: más fuerte, más lujoso

Se ha hecho esperar, pero todos los que han tenido la oportunidad de subirse en el nuevo Defender de Land Rover afirman que ha merecido la pena los casi diez años de trabajo desde que se pudieron ver los primeros “concept car” o diseños preliminares de este emblemático modelo. Porque para la firma británica, referencia en lo que es el mercado de vehículos todo terreno, el Defender es pieza angular de su gama. Y no podían fallar.

Las primeras impresiones es que nos encontramos ante un modelo completamente diferente al anterior Defender, tanto por sus formas externas como por su sofisticación interior y su mecánica. Sus virtudes fuera de carretera han mejorado para convertirlo en uno de los automóviles más eficaces cuando las cosas de ponen difíciles. No hay terreno que se le resista y se diría que disfruta con las situaciones extremas, ya que es entonces cuando puede demostrar todo su poderío.

Tiene, en cambio, el inconveniente de que su carrocería, que dispone de versiones de tres o cinco puertas, ya no ofrece una opción totalmente descapotable con techo de lona, como ocurría en anteriores generaciones. Y también su precio, suficientemente elevado como para no poderlo destinar a coche de la finca de trabajo para que lo conduzcan los capataces o encargados. Para eso hay otras alternativas más económicas. Porque el Defender que llegará a España tendrá dos versiones, la 90 y la 110, esta última un poco más grande. Y la factura del más asequible es de 55.000 euros para una carrocería de tres puertas donde pueden viajar con mucho espacio hasta seis personas.

En cuanto a las mecánicas disponibles, se ofrecen dos motores gasolina y otros dos diésel. Los de gasóleo son bloques de cuatro cilindros que rinden 200 o 240 caballos y los de gasolina dan en el banco 300 y 400 caballos. En este último caso, se trata de un bloque de seis cilindros en línea que lleva una hibridación media, los denominados MHEV, con lo que se beneficia de la etiqueta ecológica. También habrá versiones híbridas enchufables con ambas carrocerías que llegarán unos meses después. El fabricante propone siete acabados distintos para así poder adaptarse a las necesidades de cada cliente.

El nuevo Defender presenta una estética modernizada, pero en la línea de lo que ha sido siempre este automóvil. Líneas cuadradas y simples, pero no exentas de belleza y, sobre todo, de un aspecto de robustez impresionante. Sus 4,75 metros de largo y sus tres metros de distancia entre ejes le permiten un interior en donde hay espacio para todo. Para acomodar hasta media docena de pasajeros sin apreturas y disfrutar de un sinfín de espacios portaobjetos y grandes butacones. La terminación interior de lujo va en la línea de lo que acostumbra esta casa británica que diseña el habitáculo de sus todo terreno como si fueran berlinas de lujo.

La potencia de sus motores le permiten poder circular con rapidez no sólo por carretera y mover con soltura los más de dos mil trescientos kilos que el conjunto da en la báscula. A pesar de que se muestra brillante sobre asfalto, su verdadero poderío se pone de manifiesto sobre tierra, barrizales o incluso vadeo de ríos de hasta casi un metro de profundidad. El cambio automático de convertidos de par de ocho velocidades contribuye a su eficacia, así como el “Terrain Response” donde se engloban todas las tecnologías de ayuda a la conducción en circunstancias difíciles que hacen de los Land Rover vehículos casi imbatibles en cualquier circunstancia y, desde luego, muy por encima del nivel del propietario habitual. Prácticamente no hay obstáculo que se le resista si el conductor sabe sacar todo el partido a este coche. Aunque creas que no puedes pasar, sigue acelerando. El nuevo Defender te sacará de cualquier atolladero.