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Esta es la razón por la que no puedes lavar el coche todavía: la lluvia de sangre

La Agencia Estatal de Meteorología ha alertado sobre la probabilidad de “lluvias de sangre” durante el fin de semana

Vistas aereas de Madrid con calima durante el año 2022
Vistas aéreas de Madrid con calima durante el año 2022Enrique CidonchaLa Razón

En los próximos días, España experimentará un clima primaveral con temperaturas más altas de lo normal. Sin embargo, también estará influenciada por la borrasca Olivia, que causará precipitaciones principalmente en el norte y en Canarias. Asimismo, la Agencia Estatal de Meteorología ha alertado sobre la probabilidad de “lluvias de sangre” durante el fin de semana.

La "lluvia de sangre" o "lluvia de barro" es un fenómeno meteorológico que se produce cuando la lluvia arrastra partículas de polvo o arena en suspensión en la atmósfera. En el caso de España, este fenómeno suele ser causado por la calima, una concentración de partículas de polvo del desierto del Sahara que son transportadas por los vientos hacia la península. Cuando estas partículas se mezclan con la lluvia, pueden darle a la precipitación y a las superficies donde cae una apariencia rojiza o marrón, de ahí el nombre de "lluvia de sangre".

Desde este viernes comenzaremos a ver ya los cielos turbios y anaranjadas por el sur peninsular, pero también en las Islas Orientales de Canarias. Sin embargo, lo «peor» del episodio de polvo en suspensión lo esperamos durante el sábado y el domingo. La lluvia de sangre podría aparecer en Andalucía, Extremadura, ambas Castillas, en las regiones cantábricas, en la Comunidad de Madrid, La Rioja e incluso en Navarra y puntos de Aragón, llegando hasta las Islas Baleares. Será especialmente notable en Sevilla, Córdoba, Huelva, Cádiz y Málaga, pudiendo afectar sensiblemente a la calidad del aire.

Aunque el término puede sonar alarmante, generalmente no representa un riesgo para la salud. Sin embargo, es cierto que las partículas de polvo en suspensión pueden irritar los ojos, la garganta y los pulmones, especialmente en personas con enfermedades respiratorias como el asma y otros problemas de salud preexistentes. El domingo, la concentración de partículas podría ser mucho mayor en España, principalmente en el sur y centro peninsular. Por eso, las personas vulnerables deben tener cuidado y evitar, en la medida de lo posible, salir a la calle esos días.

Una preocupación adicional que debemos considerar es cómo la lluvia de sangre podría impactar los vehículos. Si estás interesado en profundizar en este tema y quieres saber más, te invitamos a que continúes leyendo:

Proteger nuestro coche de la "lluvia de sangre"

Los coches serán los principales afectados por la lluvia de sangre. El polvo del desierto puede afectar a la visibilidad, lo cual puede ser peligroso para la conducción. Además, no se quedará solo en la superficie. Si nos vemos obligados a encender el coche y a circular con él durante estos días, será conveniente que revisemos los filtros del aire, tanto los del motor como los del habitáculo; porque puede entrar en el circuito una cantidad considerable de arena que podría llegar a impedir el correcto funcionamiento del vehículo.

León y el polvo sahariano
León y el polvo saharianoJ.CASARESAgencia EFE

Lamentablemente, no hay mucho que podamos hacer para evitar vernos afectados por la lluvia de sangre, más allá de meter el coche en el garaje… si es que tenemos esa posibilidad. Esto no solo sería conveniente por una cuestión estética, sino porque -como mencionamos anteriormente- la calima puede afectar a la visibilidad y poner en peligro al conductor y al resto de usuarios de la carretera.

En cuanto a la limpieza de la carrocería y los cristales del coche, comenzaremos rociándolo de arriba abajo con una manguera, de forma que caiga la mayoría de la arena arrastrada por el agua. Después, bastará con pasar la esponja para limpieza de carrocerías con agua y jabón; y un trapo de microfibras para los cristales y los retrovisores. Deberemos prestar más atención a los recovecos susceptibles de haberse llenado de tierra, como las escobillas o las gomas.