Con motivo del 25 aniversario del organismo, el presidente del Centro Tecnológico Nacional de la Conserva y Alimentación (CTN), José García Gómez, desvela los retos tecnológicos a los que se enfrenta el sector de la alimentación. Una industria que ha vivido una auténtica revolución en los últimos años en los que los hábitos de consumo han cambiado así como las formas de consumir y producir.
El CTNC cumple 25 años. ¿Qué desarrollos tecnológicos se han alcanzado en este cuarto de siglo?
El CTNC es referente en tecnología alimentaria, dinamizador de I+D+i y motor impulsor de la competitividad de las empresas del sector agroalimentario. Nuestros investigadores están concienciados de que el CTNC es la herramienta perfecta para que las empresas estén al día en servicios analíticos y tecnológicos, a través de las técnicas más innovadoras, eficaces y respetuosas con el medio ambiente, y con ese objetivo trabajan.
¿Qué proyectos han repuntado en la trayectoria del CTNC?
Los proyectos que han sido y son punta de lanza en nuestro centro son los relacionados con la valorización de los subproductos de la industria alimentaria, es decir todo lo que sea dar una segunda vida a los residuos procedentes de este sector. El CTNC es partner tecnológico de confianza de centenares de pymes así como colaborador asiduo de grandes empresas de ámbito internacional. Esta sinergia colaborativa nos ayuda a impulsar nuestra actividad y a incrementar la competitividad de unos mercados cada vez más inciertos.
¿Se ha avanzado en sostenibilidad?
Por supuesto. Nadie ni nada se entiende, en estos momentos, si no va de la mano de la sostenibilidad. Sostenibilidad e innovación son dos conceptos claves en la industria alimentaria presente y futura; es más, me atrevo a decir que de ello dependerá su supervivencia. Si hablamos de sostenibilidad en recursos hídricos, el compromiso de la Industria Alimentaria Regional está fuera de toda duda, y es de justicia poner en valor las numerosas plantas de tratamiento de agua instaladas para la gestión de los vertidos resultantes de la actividad productiva de la industria alimentaria, un sector potente y un ejemplo de gestión eficiente de esos recursos.
¿Se puede sacar más partido a la gastronomía regional?
Nuestros alimentos conquistan el mundo por su calidad, cualidad y sabor; sus propiedades marcan la diferencia y triunfan allá donde hay una feria gastronómica o un encuentro de profesionales de la gastronomía, pero seguro que se le puede sacar más partido porque la gastronomía no tiene límites como hemos visto en el congreso Madrid Fusión.
¿Es posible acercar una alimentación saludable a todos?
Debería ser posible, pero lo cierto es que el coste de la producción de los alimentos en general y de algunos en particular se ha incrementado tanto que eso se ve reflejado en el precio final del producto y no todas las familias lo pueden asumir. Es evidente es que las personas cuidamos cada vez más nuestra alimentación, de ahí que hayamos cambiado hábitos alimentarios. Considero muy importante que, entre toda la sociedad, pero también las administraciones, diseñen acciones a favor de una alimentación saludable a través de la formación, la educación y facilitando recursos a quienes más lo necesiten.
2022 ha sido un año difícil, con el aumento de precios y la inflación. ¿Qué dificultades se han encontrado?
Ha habido factores que han imposibilitado el desarrollo de nuestra actividad, pero no debemos olvidar los cambios legislativos que están entrando en vigor y que afectan a la industria agroalimentaria. Las reformas de la Ley de la Cadena Alimentaria, la laboral, las modificaciones en la legislación medioambiental referidas a residuos y envases están provocando una descompensación de la competitividad de las empresas de nuestro país frente a otras procedentes de terceros países que no tienen que cumplir con esta legislación en sus países de origen.
El agua, sin duda, es un bien muy preciado en la Región. ¿Cómo garantizan el uso sostenible de los recursos hídricos?
La Región de Murcia es referente mundial en depuración y reutilización del agua. No hace falta decir que la escasez y limitación de este recurso en Murcia es un hecho por el cambio climático, el incremento de las necesidades humanas y la reducción de aportes. A pesar de que Murcia es ejemplo en el uso eficiente de los recursos hídricos necesitamos seguir buscando soluciones. Ya es un hecho desde esta semana el debilitamiento de aportes del trasvase Tajo-Segura con el incremento de los caudales ecológicos previstos en el Plan Hidrológico del Tajo, lo que supondrá un 50% menos de los envíos de agua, con la consecuente falta de garantía de agua para riego y uso industrial a precios razonables.
¿Qué futuro le espera al sector agroalimentario regional?
Nos enfrentamos a una época de incertidumbre. Siendo optimistas he de decir que lo digital está irrumpiendo con fuerza y que la tecnología aporta muchos beneficios a nuestro sector. Se hace cada vez más imprescindible la digitalización de las empresas, sobre todo las pymes. Pero para eso hace falta una inversión inicial importante que muchas veces frena al empresario; lo que sí es seguro que el futuro pasa por dirigirnos hacia una agricultura más sostenible y rentable económicamente. Se necesita la ayuda de las administraciones para que las empresas puedan impulsar inversiones para mejorar la competitividad y sostenibilidad del sector agroalimentario, eficiencia energética o modernización de sus equipamientos.
¿Qué retos tecnológicos quedan por conquistar?
Los retos tecnológicos pasan por acelerar la innovación en el sector agrario para lograr una agricultura más competitiva, que produzca más cantidad y a la vez el impacto ambiental sea menor. Uno de los retos es que las empresas gasten menos recursos, consuman menos energía y contaminen menos y a la vez que produzcan alimentos más seguros saludables, nutritivos y con mayor vida útil. La inclusión de nuevas tecnologías, como la biotecnología, facilitará continuar con la mejora de los productos y los procesos. Alimentos con menos aditivos, proteínas alternativas o materiales biodegradables son algunos de los retos tecnológicos a los que se enfrenta el sector alimentario.