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Sociedad

Miradas, gestos y sonrisas que estremecen el corazón, la muestra fotográfica de Astrapace en Murcia

La asociación murciana de Parálisis Cerebral celebra sus 45 años con una exposición de foa asociación murciana de Parálisis Cerebral

Una de las fotografías de Juan Ballester para la muestra de Astrapace en Murcia La Razón

Decía Henri Cartier-Bresson que «fotografiar es colocar la cabeza, el ojo y el corazón en un mismo eje». Eso es exactamente lo que ha hecho el fotógrafo murciano Juan Ballester (Murcia, 1952) con los usuarios, sus alumnos, compañeros y amigos de Astrapace (Asociación para el Tratamiento de Personas con Parálisis Cerebral y Patologías Afines de la Región de Murcia), una institución que, desde sus inicios, podríamos decir que asiste a personas con problemas, con limitaciones físicas y psíquicas. Pero lo realmente justo y correcto sería decir que «ayuda» a personas especiales, sin caer en ningún tipo de eufemismo.

Así lo ve el principal artífice de esta muestra en la calle, que contó durante la presentación el pasado día 15 de septiembre, cómo fueron sus primeros contactos con esta asociación pionera en la Región de Murcia.

«Hace unos diez años, Rosa se puso en contacto conmigo para que diera algún curso de fotografía en Astrapace. Por supuesto, le dije que sí inmediatamente. Quiero confesar que yo me presenté en esos cursos con una actitud de superioridad hacia los alumnos que iba a tener, es decir, yo era el «normal» y, ellos, los que estaban por debajo de la normalidad.

«Es decir, yo iba con unos prejuicios», aseguraba Ballester, en presencia de las autoridades que asistieron a la inauguración de esta exposición, que va a estar visible hasta el lunes 29 de septiembre en la avenida Alfonso X El Sabio de Murcia.

Se trata de una colección compuesta por una veintena de fotografías, que reflejan momentos cotidianos de los usuarios de Astrapace y de sus cuidadores. El día a día en la asociación. Momentos entrañables, vistos desde el objetivo de este conocido y reputado fotógrafo de la Región.

Sus gestos, sus miradas, sus sonrisas. La felicidad que transmiten y el cariño con el que se les trata a cada uno de estos niños y niñas, jóvenes y mayores. Velan por ellos los mejores profesionales, silenciosos, que dan sus vidas por los «suyos». Hacen de este mundo un lugar un poquito mejor.

Son precisamente esos prejuicios sociales, los que le han llevado a cuestionarse a este veterano fotógrafo -que imparte docencia en la Universidad de Murcia- y a reflexionar sobre este concepto de «normalidad».

«En el fondo son personas que tienen los mismos sentimientos que nosotros, o muchísimos más», dice Ballester. Los ejemplos más claros los tenemos con un sonriente Alejandro, que todavía no tiene una década de vida, que clama orgulloso: "soy famoso", ante la presencia de los medios de comunicación.

David es más mayor y prueba de ello es la barba que puebla su cara. Expresa con fluidez que está aprendiendo a hacer fotografías, de la mano del «profe» Juan, que les está enseñando sentido y sensibilidad a golpe de clic. «Me gusta echarle fotos a paisajes, a monumentos, a museos», enumera este usuario con solemnidad.

Por su parte, la presidenta de Astrapace, Rosa García, que agradeció encarecidamente el sí del ayuntamiento de Murcia para exhibir esta muestra en la calle, dijo de Juan Ballester que «es un fotógrafo muy bueno de Murcia pero, sobre todo, de muy buen corazón». «Todos tenemos una humanidad, que se tiene que transmitir. Y hemos conseguido que Juan capte esa parte de nosotros que, de alguna manera, transmitimos y queremos transmitir a la sociedad», apuntaba el alma mater de esta gran familia inclusiva.

Quienes han paseado estos días por la avenida Alfonso X El Sabio de la capital, podrán percibir la calidez humana que transmiten estos seres humanos tan especiales. De momento, ellos ya son inmortales.