Opinión

De plumas y espadas

No es la primera vez que trato este tema; espero no sea la última. No es frecuente que dos libros firmados por uniformados se conviertan en «bestsellers» y vayan en poco tiempo a por sus quintas ediciones. No solo debo manifestar mi alegría, sino constatar que algo en nuestra sociedad va cambiando cuando los temas de seguridad, tanto interna como externa, interesan a buena parte de ella.

Mercedes Milá, que une a su faceta «showomen», el de ser una mujer bien formada altruista y apasionada del mundo de las letras, me dijo a raíz de la presentación en Barcelona de un libro del coronel Pedro Baños (1): «Es la cabeza mejor amueblada que he conocido en los últimos años». Se tuvo que forzar el fin de la presentación pasadas las tres horas, incluyendo un buen juicio crítico de Plácido García-Planas y un denso turno de preguntas, lo que certifica el interés despertado. Conozco bien al Coronel Baños y, aparte de su propia valía intelectual y su capacidad de trabajo, resaltó unas características que lleva a bordo su generación: ha participado en UNPROFOR, SFOR y EUFOR, profesor de la Academia de Infantería de Toledo, de Estrategia y Relaciones Internacionales en la Escuela Superior de las Fuerzas Armadas, jefe de la Unidad de Análisis Geopolítico del ministerio de Defensa y jefe de Contrainteligencia y Seguridad del Cuerpo Europeo en Estrasburgo. Estas experiencias, como dice él mismo, las ha sabido recoger, modular y plasmar en un libro de 460 páginas que dedica a «todas las personas que cada día se esfuerzan por conseguir un mundo más justo, libre y seguro».

No le quiero quitar el menor mérito. Pero podría nombrar a un numeroso grupo de oficiales con una hoja de servicios y capacidades semejantes. No puedo citar a todos cuantos hoy vierten conocimientos y experiencias en academias militares, en el CESDEN, en el Instituto Español de Estudios Estratégicos, incluso como reconocidos profesores en escuelas extranjeras como el US. Army War College. Tenemos en casa a una excelente generación de militares que han vivido en directo los largos años de fanáticos nacionalismos en Bosnia y Kosovo, las consecuencias de revoluciones mal digeridas en Centroamérica y países del Tercer Mundo, la costosísima consolidación de la paz en Asia y en Oriente Medio.

El segundo referente (2) va dirigido con una mezcla de orgullo y emoción al coronel de la Guardia Civil Sánchez Corbí, actualmente jefe de la UCO del benemérito cuerpo. En conjunción con un maestro de las letras como es Lorenzo Silva y del periodista Gonzalo Araluce, otro experimentado en crisis humanitarias y en temas de terrorismo cuya familia lo vivió en primera línea, aborda –abordan– los últimos años de ETA desde muy adentro, haciendo de cada relato cronológicamente seguido, un emocionante testimonio de suma de esfuerzos, sacrificios, dolor, tenacidad y heroísmo, de cientos, miles, de miembros de la Guardia Civil y de sus familias. Honestamente, no huyen del reconocimiento de errores. El coronel, nacido en Irún, dedicó desde su salida de la Academia General Militar más de 25 años a la lucha contra el terrorismo de ETA. Cinco Cruces Rojas son prueba testimonial de su trabajo. Y sé que compañeros, superiores y subordinados suyos me dirán: «Son muchos los que han vivido experiencias semejantes desde muy diferentes ángulos, bien vendiendo antigüedades en Bayona o infiltrándose desde Estrasburgo en un arriesgadísimo proceso de integración en la banda asesina.

Destaco el hecho del éxito de estos dos libros porque no se venden fácilmente en España más de 23.000 ejemplares en algo más de un mes. Y me llena de orgullo el que sean militares los autores. Son la punta del iceberg de toda una generación que piensa y escribe, muchos de ellos integrados en AEME (3) que preside un incombustible coronel Domínguez Martínez-Campos.

Los soldados veteranos sonreirán viendo cómo germinan semillas: Mariano Alonso Baquer, que también pasó por el Instituto Español de Estudios Estratégicos nos lega una obra de pensamiento militar ingente; el general del Ejército del Aire Martínez Eiroa, a sus noventa y pico años, nos regala mensualmente en «Tierra Mar y Aire» unas reflexiones únicas, como también lo hace el del Ejército de Tierra Javier Pardo de Santayana.

Nunca han estado separadas la pluma y la espada. Y tanto Cervantes como Calderón o Garcilaso escribieron y nos legaron las mejores letras de nuestro Siglo de Oro, tras experimentar en propias carnes vivencias de sus difíciles tiempos como soldados, que incluían éxitos y fracasos, heridas y prisiones. Pero supieron encontrar –aun en una perdida cueva de Argel– la capacidad y la fuerza de voluntad necesarias para saber transmitirnos lo que hoy constituyen irrepetibles clásicos de la literatura.

Hoy, otros siguen su ejemplo.

(1). «Así se domina el Mundo». Pedro Baños. Ariel 2017.

(2). «Sangre , sudor y paz». Lorenzo Silva, Manuel Sánchez, Gonzalo Araluce. Península 2017.

(3) Asociación Española de Militares Escritores.