Opinión

La gran Kate

En «La gran Kate», el documental biográfico sobre la actriz Katharine Hepburn, la estrella reconocía que, teniendo en cuenta su personalidad, nació en el momento preciso, cuando llegaron los pantalones y los tacones bajos, y también las mujeres sin pelos en la lengua, y bromeaba con tener el don de la oportunidad. Pero los momentos precisos no existen, se construyen, como las oportunidades. Ella lo hizo. En una sociedad en la que dar rienda suelta a su seguridad y dignidad como mujer podría advertirse como rebeldía contraproducente, ella decidió vestir pantalones y calzar zapato plano en un Hollywood de tules donde las estrellas se subían a altos tacones. Hepburn reaccionó, y entendió que aquel era el momento preciso y el escenario perfecto para empezar a cambiar las cosas, porque no había otro. Nadie elige el momento en el que nace, ni el país, ni la época. Sales y reaccionas. Hepburn salió y reaccionó gestionando su vida, su carrera, su imagen y su condición de mujer en un mundo poco propicio para hacerlo. 60 años de carrera, 4 Oscar, 12 nominaciones. Toda una mujer, decían, y seguimos diciendo. En unas horas celebramos el Día Internacional de la Mujer que este año viene aupado por el movimiento Metoo. Espero que utilicemos esa marea, que nos beneficiemos del momento y de su oportunidad, sin cargárnoslo ni dejar que alguien lo haga. Que nadie vuelva a decirle a una mujer lo que debe o no debe hacer o pensar, nadie, ni un hombre ni tampoco una mujer. En eso consiste la lucha, la independencia, la igualdad y el respeto.