Opinión

Respeto a las tradiciones

El Preámbulo de nuestra Constitución en el tercero de sus seis párrafos «proclama la voluntad de proteger a todos los españoles y pueblos de España en el ejercicio de los derechos humanos, sus culturas y tradiciones, lenguas e instituciones». Basta asomarnos a cualquier pueblo de España para comprobar cómo se vive su Semana Santa. Respetando otras creencias, el cristianismo está presente no sólo en nuestra Historia sino en nuestras costumbres, que son nuestra «cultura y tradiciones». No haría falta remontarnos a la Reconquista para comprender el significado de muchas cofradías y muestras de fe, ancladas en nuestro ser como pueblo desde los siglos XV y XVI. Que les duela a algunos, entra en el capítulo de sus propias percepciones. Ciertamente el articulo 16 de nuestra Carta garantiza (punto 1) la libertad ideológica, religiosa y de culto de los españoles sin más limitación en sus manifestaciones que la necesaria para el mantenimiento del orden público protegido por la ley y termina (punto 3) señalando que ninguna confesión tendrá carácter estatal. Añade no obstante: «Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones». Para no hablar de banderas, recuerdo que en la propia Declaración de la Renta figura una casilla específica para la Iglesia Católica reconociendo la enorme función social que desarrollan Caritas y Manos Unidas. Las Fuerzas Armadas son instrumento del Estado a través de la política de los gobiernos de turno. Pero también son un trozo vivo de la sociedad española y respetan su cultura popular y sus tradiciones. Durante estos últimos años han convivido con pueblos de otras religiones en situaciones complejas y han aceptado sus formas y modos de practicarla de manera ejemplar. Pero al mismo tiempo han conservado las propias. Es bueno recordar cómo se celebraba la Semana Santa en Herat y cómo debe celebrarse hoy en El Líbano. Para tradiciones nuestras, basta ver al Cristo de Mena esoltado por la Legión emocionando a quienes llenaban ayer Jueves Santo las calles de Málaga. ¡Tantas y tantas manifestaciones! No puedo terminar este artículo sin pensar en los problemas que tenemos hoy en España... ¡cómo para hacer de una señal de duelo, un problema político!