Opinión

Irene candidata

En Podemos la maquinaria electoral está disparada y ajustándose los principales resortes, los del cartel, bajo la coordinación y mirada de Pablo Echenique. En esta formación los hay que quieren salir en la tele y los hay que quieren estar. La dirección de la obra no es coral. En este momento, con las municipales y autonómicas a un año y las generales quien sabe, ante la formación morada y sus líderes se plantea la posibilidad de que la realidad social (personal) pueda marcar el camino del compromiso y el mensaje político. El triunfo de la «praxis» entre un colectivo de teóricos tan puros que algunos se pierden en el manual del rojo perfecto. En plena crisis por revelación de datos privados de Facebook, Irene Montero informó de su embarazo en la red social: «Pablo y yo hemos emprendido un camino que en los próximos meses revolverá nuestras emociones, transformará mi cuerpo y llenará nuestras vidas de belleza y algunas noches sin dormir. Estoy embarazada de casi 13 semanas, y dentro de mí crecen dos criaturas que, si todo va bien, nacerán entre septiembre y octubre». Una aproximación teórica, las noches sin dormir serán todas, respondida por Pablo Iglesias en versos de José Agustín Goytisolo: «Todas estas cosas había una vez, cuando yo soñaba un mundo al revés». Ahora va a tener su oportunidad, su responsabilidad para aplicar a su día a día sus exigencias de igualdad, ya no es hablar en femenino singular, sino actuar. Tiene la oportunidad de «normalizar» lo que para ese «heteropatriarcado» apuntalado por el Fary como «el hombre blandengue» es el «mundo al revés» y no vale con cantar el «Lobito bueno» en sesión continua. Podemos puede disolverse en confluencias y afluencias o puede fijar su suelo electoral con el ejemplo de su líder en primera persona. Iglesias de puro nuevo tiene una obsolescencia política programada pero sabe que todavía vale para piezas buenas, tiene el motor en funcionamiento y la chapa dañada. No ha caducado pero se le ha pasado la fecha de «consumo preferente», ha dejado de ser el político fresco que abría las pantallas de para en par y prometía ventilar sótanos y «bodeguillas». Si el Secretario de Organización está echando cuentas y los encargados del programa están poniendo deberes lo más lógico, electoralmente lógico, es que Irene Montero sea la próxima candidata de Podemos a las Generales. El impacto del anuncio de una mujer como candidata de la tercera fuerza política de este país es el momento en el que se la van a jugar. Por la salud general para ese instante poco almíbar y mucha guindilla que el merengue es el peor enemigo de la fibra.