Opinión

Dobles parejas

Cuando el lunes Irene Montero dijo eso de «yo le estoy preguntando a la gente si soy creíble y confiable», cuando abandonó la impostura de la primera persona del plural y pasó del «nosotras» con Pablo al lado al «yo» se produjo un movimiento tectónico en Podemos. La élite había decidido patrimonializar el partido tras el incremento de su patrimonio inmobiliario. Pablo, Irene y algunos consultados decidieron que iban a jugar al «doble o nada» o refuerzo o expulsión. Consulta con las cartas marcadas, un relato de fascistas armados a la puerta del chalé en La Navata y la historia de una familia perseguida por furibundos monstruos recriados con sangre humana en las cloacas. Después de Vista Alegre II el error de clase iba a convertirse en un nuevo elemento para blindar a los de arriba, más arriba cuanto más reducido es el grupo en la élite. Nada podía ir mal...o sí. Los que salieron a dar la cara se la dejaron partir por la pareja hasta que llegó el alcalde de Cádiz. «Kichi» defendió su piso de currante el «vive como piensas».

Le soltaron a Monedero con una sentencia: «Kichi vende armas a la dictadura de Arabia Saudí» y le recordaron que le dio la medalla «a una virgen de madera», según Iglesias. Hasta que el «primo del sur» les ha dicho a los Señoritos de Madrid las verdades del que está a ras de suelo. Las verdades de los niños que juegan en la calle y no el jardín del chalé, del que bombea sangre, del que huele a tierra y salitre. En esa carta de «Kichi» a Monedero hay verdad frente al búnker, hay barullo, hay cante de «el Cabrero» y baile con Carlos Cano, hay tradición, hay algo de Unamuno aunque quede lejos y está la soga de Azarías a la política de los burócratas morados de despacho, televisión y merendilla en la sierra. En esa carta hay acera porque en Cádiz para asaltar los cielos hay que alcanzar un horizonte al que nunca se llega. Mientras Pablo e Irene consultan a los inscritos con el alambique de su poción mágica, «Kichi» y Teresa tienen elecciones a la vuelta de la esquina. Podemos en Andalucía no puede pescar en el caladero de Susana Díaz tirando la caña desde un chalé en la Navata. Hay elecciones y hay que alimentar el relato para hacerse creíble porque difícilmente les van a perdonar que se «equivoquen de bando». Así que cuando todo esto pase la pareja de Madrid tendrá más poder, la de Andalucía testimonio para ir a los comicios y Errejón... Errejón habrá demostrado lo que dicen sus críticos a uno y otro lado de un espectro ideológico que en Íñigo se hace líquido...¿un pragmático? NO, un calculador aprovechado, enredador y cobarde.