Opinión

Situación e identidad

Wilhelm Bauer, ilustre historiador y catedrático en la Universidad de Viena, escribió una importante «Introducción al estudio de la Historia», donde son tratados con ejemplaridad científica todos los problemas que interesan al historiador y que son fundamentales para estudiosos e investigadores. La formación de los «tipos históricos» casi siempre depende de la periodización que, inevitablemente, resulta obligado que para una vez dominada la materia, explicitar, profundizando al máximo, los contenidos, con sus significados, el «proceso» total de la exposición historiográfica.

En el largo recorrido, las ideas juegan un papel principal en la transmisión dinámica de tal proceso histórico. En España disponemos de las magníficas aportaciones escritas por el catedrático José María Valverde. «Vida y muerte de las ideas» es una obra caracterizada por su profundo humanismo, que considero de primera importancia para la cuestión que me propongo tratar en varias «Tribunas», por considerar el tema de singular trascendencia. Se trata, en síntesis, de encontrar un modelo histórico de la división de la materia de historia contemporánea de Iberoamérica. Ello de un modo global y tratando de prescindir totalmente de divisiones por «nacionalidades» y hacerlo, en cambio, distinguiendo en primer lugar la existencia de un doble proceso, occidental y continental de cambio, supuesto por varios enfrentamientos entre los principios de conservadurismo y liberalismo; además, por otra parte, coincidente con el fenómeno independentista cargado en las estructuras de pensamiento local en cada uno de los sectores locales con morfología propiamente americana en este mundo histórico: población, desigualdad en el reparto de la riqueza. Por una parte, los grandes señoríos territoriales y, por otra, la alta burocracia política administrativa; un alto clero y un cuerpo de altos oficiales de los ejércitos nacionales. Una nota característica: la ausencia de grupos sociales medios. Un masa, en fin, de enormes dimensiones, empleada como mano de obra: proletariado industrial, peonaje rural y masa formal de los ejércitos nacionales.

Iberoamérica fue una zona de expansión del imperialismo económico de los Estados Unidos, Canadá y Europa Occidental: inversiones financieras, montajes de industrias, modernización de explotaciones agrarias, inversiones de ferrocarriles, aeronaves, intereses capitalistas, grandes construcciones de medios de comunicación. El resultado de esta enorme expansión ocupa un espacio con plazas generacionales y de promoción de ideas político-financieras produce resultados a partir de 1870/1905 e imprimen una característica influencia de acogimiento positivista por parte de los centros de absorción de ideas y negocios norteamericanos y europeos. Las minorías intelectuales criollas absorbieron las mismas doctrinas de pensamiento que en Europa habían combatido al escolasticismo: cartesianismo, sensualismo, Ilustración de «diccionario», eclecticismo, utilitarismo. Fueron armas de combate para los criollos, que produjeron el vínculo de la burguesía iberoamericana con los intereses particulares de las burguesías capitalistas, de modo especial en los grandes países en expansión capitalista, que detentaban el poder, lo que ocurre en el periodo 1870/1905; estos países son México, Brasil, Argentina, Uruguay, Chile, Perú.

Siendo, pues, Iberoamérica una zona receptora de la expansión del imperialismo económico norteamericano y europeo y tomando el año 1870 como momento clave para el desenvolvimiento de la historia contemporánea, quedaría por dilucidar cuál es la intensidad en las áreas nacionales. En consecuencia, es necesario tener en cuenta los efectos de larga onda universal y las consecuencias de los choques entre las oleadas importadas de modernización y las de marginalismo comercial que tienen su manifestación en los ciclos económicos Kondratiev inmediatamente después de concluida la independencia, es decir, después de la batalla de Ayacucho (1824) y sus distintas fases de alzas y bajas. El segundo ciclo Kondratiev 1850-1870/1896 origina la dependencia agraria. E inmediatamente, el siguiente origina la descapitalización. Son los efectos más destacados de las leyes del espacio. En el tiempo largo se aprecia entre la «América de la frontera» acodada hacia el Océano Pacífico y la «América de la producción colonial», que se orienta lenta, pero inexorablemente, hacia las costas y Estados del occidente europeo, de modo particular las que han girado vertiginosamente hacia la revolución industrial. Igualmente, la tendencia de los mercados europeos produjo en Iberoamérica una modificación de la coyuntura, con alzas rápidas de precios, que originan desigualdades en los mercados. ¿Es posible en este conjunto de circunstancias, con sus efectos en la diferenciación política, social y cultural, establecer patrones de unidades cuando lo que predomina es la diferenciación y la segregación valorativa?