Opinión

La confianza

El Gobierno de Sánchez, como todos, está cargado de las mejores intenciones. La selección pasaría la prueba del algodón ideológico que abarca desde la socialdemocracia a la derecha «post yeyé». En realidad ese Gobierno es su programa de Gobierno, por eso los movimientos, apariciones, gestos, comparecencias y la gestión de crisis tendrán que estar medidas o se romperán las costuras. Es femenino plural, europeísta, territorial, transversal, interesante... ¿qué puede salir mal? como en todo Gobierno: la mentira y la falta de políticas, la improvisación. El caso del ministro de Cultura, reservado en el cofre de los grandes secretos, anunciado en la comparecencia de presentación, supuso una notable sorpresa. Los que quieren de ese Ministerio leyes, mecenazgo, estatuto etc, tendrán que seguir esperando pero Maxim es un tipo culto, pintón y «currante» que pasados los ataques «culturetas» estaba destinado a acoplarse sin problemas al ecosistema político. Hablo en pasado tras su dimisión provocada por su encontronazo con Hacienda. La cuestión no es si está a corriente de pago, que lo está. La cuestión es lo que pasó y que no se lo dijo a Pedro Sánchez. La cuestión es que hizo lo mismo que Soria con los papeles de sus empresas.

La cuestión es que rompió la cadena de confianza. Convivir con el relato de la pureza es uno de los ejercicios ascéticos a los que obliga la política, ese cilicio de libre disposición. Pedro Sánchez es libre de ir llenando la mochila de medidas o de excusas pero cuando llegue a las generales, cuando él decida o le hagan decidir circunstancias o «gurús», ese será su programa electoral por eso la forma de reaccionar ante este episodio va a marcar la personalidad del Sánchez presidente. Olvídense del nombre del ministro, de su pasado... ¿Está dispuesto el presidente a asumir que sus ministros no le hayan contado los aspectos más polémicos de su pasado? ¿Por qué estaría dispuesto a mantener la confianza en quienes no le han confiado su situación con Hacienda, por ejemplo? Puestos a hacer historia la puede escribir con el ministro de más breve mandato de nuestra tierna democracia pero aquí hay algo más. El presidente que sacrificó sangre de su sangre socialista a las puertas de Palacio, que pidió por escrito los nombres que Hacienda guarda no puede responder silbando. Otro día hablamos de la necesidad de tener claras las políticas para dar respuestas políticas...