Opinión
Matar al Rey
Cuatro comensales, tres periodistas y un fino analista con una pregunta lanzada al aire: ¿Qué puede hacer el Presidente del Gobierno para aplacar o mitigar lo que se viene encima con las grabaciones sobre el Rey Emérito? Alguien respondió con un cortante «matar al Rey». Ese almuerzo tuvo lugar en plena ebullición de las grabaciones del comisario a Corina con algún otro invitado un tanto pintoresco. La petición de comisión de investigación que han realizado los socios de legislatura van a obligar al PSOE a salir del perfil pero tampoco tendrán que tomar una decisión determinante porque en la mesa suman PP y Ciudadanos y salvo que los de Rivera se instalen con el nuevo curso en el «cuanto peor mejor» no habrá comisión, así que los del PSOE hasta se pueden lavar las manos con una abstención.
La vía parlamentaria lo más probable es que quede en vía muerta sin efectos colaterales en el partido del Gobierno y formará parte de esa campaña indisimulada de reclusión del Rey Emérito. Que no aparezca, que le suspendan la agenda, es la versión político mediática de «matar al Rey». Esa tesis de que no se habla de lo que no se ve es de comunicación pública en los estertores del siglo XX pero parece que hay quien trata de probar sus efectos en una sociedad agostada. Solo la superposición de polémicas es capaz de hacer olvidar esta que atañe a la piedra de bóveda del llamado régimen del 78. Si Pedro Sánchez es capaz de superar el coágulo parlamentario que se avecina en otoño sin caer en la tentación de la convocatoria electoral habrá salvado la legislatura. Una columna de principios de agosto lo aguanta todo pero lo importante es lo que estén tramando en los cuarteles generales de sus «socios a la fuerza» que decía la canción.
En el independentismo reforzado la monarquía aparece como institución a batir. Poca sorpresa para quienes solo pretenden desmontar el entramado del Estado de Derecho. Más complicado va a ser la gestión con el «socio preferente». Antes de la moción reconocían que estar en el Parlamento «no servía». Una vez que han echado al PP del poder la vida parlamentaria de Podemos se reduce a ir de la mano del PSOE y por tanto a ir perdiendo espacios ideológicos. Esto en año electoral no se lo pueden permitir así que la clave está en la pregunta con la que cerraba su ristra en «el Confi» Echenique, el estratega, «¿saldrás a la calle a denunciarlo?». Con este asunto en Podemos demostrarán si manda más la moqueta o el adoquín.
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