Opinión

El bidé

Por fin consigo, casi se termina el verano, un asunto refrescante para ilustrar este espacio. Ya sé que estamos en vísperas de que el consejo de Ministros nos diga cómo va a sacar a Franco del Valle de los Caídos, esto se va pareciendo mucho a Pedro y el Lobo, lo han anunciado prácticamente todas las semanas desde que están en el Gobierno... mañana conoceremos el cómo, quizá nos digan el cuándo. También sé que este verano el personal se ha entretenido mucho con la formación de nuestros líderes políticos y se han contado algunas mentiras e inexactitudes a montones con el fichaje del verano que ya venía del invierno y que se comenzará a desarrollar en otoño. Pero vayamos al debate que surge de una pequeña y hermosa ciudad de ese entorno humano y social que algunos todavía llaman «provincias».

Las noticias en Zamora son las que son y los compañeros también buscan el refrigerio informativo, la peculiaridad legal y la noticia. Con ese espíritu periodístico, Alberto Ferreras de agencia Efe puso hace un par de días en circulación «el debate» abierto en la ciudad sobre la conveniencia de que desaparezca el bidé por obligación en las casas para recibir la licencia de primera ocupación. Esto estaba en el plan de ordenación urbana del 86 y tal cual se quedó en el de 2001 y 2011. Quizá algún responsable municipal de entonces era fan de La Trinca de cuando decidieron cantar en castellano su humor catalán y abrieron otro de esos debates que en Cataluña se disfrazaban de culturales y ahora son exclusivamente sectarios. El probable y próximo fin del bidé demuestra en lo cuantitativo que los baños en Zamora iban bien de espacio pero en lo conceptual es donde se esconden análisis y posturas encontradas que se mueven en los desagües. Las páginas web dedicadas a la decoración, que apuestan por el espacio, son comentadas por grandes defensores del bidé y de su posibilidad de higiene parcial ya sea «íntima» o «podológica».

Las opiniones están ahí soterradas porque este cuenco cerámico «con el chorro incorporé» alivia y refresca esos órganos y extremidades que la legislación urbanística y moral debiera dejar libres de toda ley o «decretazo». Para otros es simplemente un revistero de formas curvas. Por eso hay que dar visibilidad al debate y cuando el nuevo plan zamorano escriba el réquiem definitivo cantaremos eso de «jamás hallarás sensación mas refrescante por detrás y por delante, por delante y por detrás».

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