Opinión

La Ruta de la Seda

El siglo XIII es un tiempo de plenitud en la Historia Universal en las estepas asiáticas y en el Occidente cristiano. En las estepas asiáticas los mongoles, contra los cuales el imperio chino construyó la Gran Muralla siglos atrás, son un pueblo nómada y soldados de caballería. A finales del siglo XII un caudillo mongol llamado Temudjin inició un movimiento de unión de tribus y pronto creó una gran fuerza de gran poderío militar. Todas las tribus mongolas reconocieron la supremacía, que asumió el título de Gengis Khan e inició una expansión que fue el fundamento del florecimiento en las regiones chinas no guarnecidas por la Gran Muralla, que duró hasta mediados del siglo XIV.

El obstáculo de la Gran Muralla china hizo volver sus horizontes expansivos hacia Occidente, bajo el liderazgo de Timur el Cojo, que los europeos llamaron Tamerlán y que murió en 1405. Además de servir como enorme fuerza de combate para la guerra, tenían una inclinación para el comercio, como la reconocida «Ruta de la Seda» a China, hacia la que pronto las ciudades comerciales italianas y los mercaderes que las poblaban encontraron viajeros que se aventuraban a las rutas. Los más famosos fueron los de una casa comercial de Venecia, donde destacaron tres miembros de una misma familia: Nicolo, Maffeo y Marco Polo.

El más joven, Marco Polo, nació en 1254, cuando era rey de Castilla Alfonso X el Sabio, ceñía la corona de Aragón Jaime I el Conquistador, y Gonzalo de Berceo acabó de componer sus admirables «Milagros de Nuestra Señora»; las instituciones, como las Cortes de Valladolid, trataban de reprimir el alza de los precios y los comerciantes catalanes del Mediterráneo acuerdan con Jaime I la «Ordenanza de la Ribera», que está marcando el impulso de la vida económica de Cataluña. Santo Tomás de Aquino, profesor de teología, comienza la redacción de la «Summa contra gentiles». La mitad de las ciudades europeas se dedican a construir grandes catedrales que elevan sus luces hacia Dios.

En ese ambiente arranca la aventura de quien fue, según Humboldt, «el mayor viajero de todos los tiempos y de todos los países», Marco Polo, sobre el cual ha escrito una preciosa obra en la benemérita «Biblioteca ABC, Protagonistas de la Historia» el historiador y profesor emérito de la Universidad de La Sorbonne (París) Jacques Heers. Marco Polo, el más joven de los tres Polo venecianos, comenzó la ruta de la seda asiática contando dieciséis años, acompañado por su padre Niccolo y de su tío Maffeo. No regresó a Venecia hasta pasados los cuarenta años. Cayó prisionero de los genoveses rivales comerciantes de los venecianos. En la cárcel le contó su aventura a un hombre llamado Rustichello da Pisa, que hizo el relato publicado con el título del «Libro de Marco Polo, ciudadano de Venecia», llamado «Il Milione» (El Millón), donde se cuentan las maravillas del mundo. El precioso libro publicado en la citada colección del ABC es una minuciosa investigación histórica que reconstruye la biografía y el ambiente que lleva a cabo Marco Polo en el Corte de Kublai Khan, el Gran Khan de los tártaros.

La importancia del viaje de los Polo es grande; los resultados del viaje, excelentes; conocer los itinerarios comerciales de la ruta de la seda oriental de la cuna de China, fundamental con la descripción de los itinerarios para mantener la relación comercial y cubrir las demandas suntuarias de las grandes Cortes de los Reinos e Imperios europeos y los contactos con los mongoles; el caso del joven Marco Polo en la Corte como vasallo y funcionario del emperador China, excepcional. Lo importante, en definitiva, es el gran libro que tuvo una complejísima sistemática de elaboración. Titulado «El Libro de las Maravillas» o «Il Milione», porque la nota que en él destaca es la riqueza: «casas con tejas de oro», cadenas de metales preciosos... El contraste que se dispone, aunque resurge siempre la excepcionalidad de la autoría al dictado de quien realizó el viaje. Poco posterior al viaje de los Polo cuenta el libro es la obra del dominico Iacopo da Acqui, contemporáneo de los Polo y autor del «Imago Mundi»; supone que Marco Polo cayó prisionero en Oriente, ante el puerto de Ayax, cuando los genoveses capturaron o hundieron tres galeras mercantes venecianas al mando de Marco Baseggio, miembro de una familia muy vinculada a los Polo. Pero ofrece una duda muy seria en la fecha de la batalla de Ayax, que tuvo lugar en 1294. Siempre hay que concluir: la seguridad es la del libro. Extraordinario sentido histórico de los hechos: el tiempo del hombre; el tiempo complejo de la duración.