Opinión

Iberofonía y paniberismo

Acaba de aparecer en Nueva York un libro del que es autor Steven Pinker (Montreal, 1954), profesor de Psicología Evolucionista en la prestigiosa Harvard University. Doctorado en esa universidad, Pinker ha sido elegido para ingresar en la Academia Americana de las Artes y las Ciencias, que desde Newton los anglosajones consideran el núcleo básico y único definidor de la Ilustración. El título del libro, «En defensa de la Ilustración», se subtitula «Por la razón, la ciencia, el humanismo y el progreso». Viene, pues, a sumarse al esfuerzo intelectual anglosajón del que es buen ejemplo el libro del historiador Anthony Pagden, publicado en España en 2015, con el título de «La Ilustración y por qué sigue siendo importante para nosotros» (Alianza Editorial), aparecido con motivo de un viaje de Pagden a Madrid como profesor visitante de Filosofía, gracias a la Fundación BBVA.

El libro de Pinker se explica en su título, situándonos plenamente en una guerra que se expande cada día, y va, en cada momento, adquiriendo consistencia. La tesis motivacional de Pinker es: «Mi país, Estados Unidos, está gobernado por personas con una visión sombría del momento presente: madres e hijos atrapados en la pobreza; un sistema educativo que priva de todo conocimiento a nuestros jóvenes y magníficos estudiantes... Una pesadilla que puede achacarse a una ‘estructura global del poder’ que ha erosionado los ‘cimientos espirituales y globales del cristianismo’» [Los entrecomillados corresponden al discurso de investidura del presidente Trump, el 20 de enero de 2017].

Pinker no está de acuerdo con esta lúgubre evaluación de la situación. Apasionadamente asegura que es completamente falsa, y dice que su propósito es presentar en este libro una concepción del mundo basada en los hechos e inspirada por los ideales de la Ilustración, es decir, los ideales de la ciencia, el humanismo, el progreso.

Me sirve este propósito para presentar un libro del que es autor Frigdiano Álvaro Durántez Prados (Madrid, 1969), Doctor Europeus en Ciencia Política, Magister Universitario de Estudios Internacionales, entre otras muchas inquietudes de investigaciones internacionales, Licenciado en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid. Investigador excepcional de un Espacio Multinacional de Países de Lenguas Ibéricas que, en principio, denominó «Paniberismo» o «Iberofonía».

Una detenida investigación, que ha llevado a cabo durante años, silenciosamente, sin interrupción, a partir de un ensayo que fue criticado en seminarios universitarios y una primera exposición bajo el título de «Paradigma y ciclo de Hispania», en la cual planteó un proceso del ciclo geohistórico de los países ibéricos donde se contempla el necesario fortalecimiento iberoamericano, así como el reforzamiento de la articulación panibérica. La revista «Diplomacia Siglo XXI» dedicó su número 85 (julio de 2015) a la propuesta del Paniberismo.

Tras un impresionante curriculum personal y sin alharacas, este investigador y explorador de la historia universal de España, constructor de grandes espacios de investigación de la expansión en el mundo de españoles y portugueses, ha llevado acabo, tras un trabajo agotador multifuncional, la IBEROFONÍA española y portuguesa, trasladando la definición y articulación del Mundo Ibérico a la geografía del Planeta Tierra.

El libro del doctor Frigdiano Álvaro Durántez es definitivo, una empresa personal y ha sido bautizado con el título humanista de «Iberofonía» y «Paniberismo», que hace alusión a una base cultural creadora y común de ibericidad de las Coronas peninsulares enclavadas en la sociedad cristiana occidental, portadora de los valores de Occidente al mundo total. La convivencia histórica no fue fácil; el acuerdo de paz entre ambas, tras una guerra que Portugal emprende discutiendo su derecho a la sucesión de la Corona de Castilla, se firma el 4 de septiembre de 1479 en el Tratado de Alcaçovas-Toledo, siendo firmantes el doctor Rodrigo Maldonado de Talavera y el Barón de Alvito, dom Joâo de Silveyra. En el tratado figura una circunstancia que dio entidad histórica efectiva a este fundamental libro del doctor Durántez, así como el mundo ibérico peninsular de Portugal y España, unido ya en el reinado de los Reyes Católicos; la cuna ibérica en expansión de las estructuras históricas: religiosa, política, económica, social, cultural y de pensamiento. Para ello se establece una línea imaginaria de división oceánica, marcando la expansión ibérica portuguesa «contra Oriente», por lo que, en reciprocidad, la expansión hacia Occidente corresponde a Castilla.

Contrasto en este artículo la crítica histórica en que la respuesta a una llamada anglosajona se opone a otra hispánica, en procedimientos significativos del «anglosajonismo» respecto al «hispanismo» con caracteres que corresponden a cada cual que lleva en sí una estructura histórica y unas mentalidades propias y específicas de su fondo formativo histórico, no necesariamente antagónico. Este es el gran valor del esfuerzo personal del doctor Durántez, sobre el cual será obligado volver a insistir.