Opinión

Boquiqui

Fran Rivera metió el otro día la pata. Todos nos equivocamos, todos estamos presos de nuestra boca de chancla. Fran dijo el otro día sobre la mujer que se suicidó después de que un vídeo suyo erótico fuera reenviado a un montón de compañeros con los que trabajaba que “los hombres no podemos no enseñar un video así”. Es verdad: todos estamos presos de nuestra boca de chancla.

El verdadero calvario es tener siempre esa boca de chancla abierta y dispuesta a decir cualquier cosa. A Fran Rivera le han dado un sitio para opinar y lo mejor que pudiera hacer este menda es darse un par de pespuntes en la boca. Fran Rivera, la verdad, debería hacérselo mirar. No se desde qué punto de vista nos mira por encima a los demás, no se en qué se nota distinto y mejor, en qué momento se mira al espejo y piensa que la vida le ha concedido algo por encima de los demás. Fran Rivera metió el otro día la pata y sus amigos te dicen que eres tú la que quiere que hacer el esfuerzo para encontrar el contexto adecuado.

No, hombre, si seguro que no quiso decir eso, que es que sois más malas que el sebo. Y al final, resulta que la perversa eres tú. Que el es un pobre hombrecito que ha dicho una inconveniencia que tú, movida por tu mala sangre y por tus instintos feminazis, has sacado de quicio. Es que, cómo os ponéis por cualquier cosita las mujeres. La verdad es que, pensándolo bien, Fran Rivera nos hace un favor cada vez que abre ese pozo que tiene detrás de los dientes. No se puede cagarla tan bien y tan a favor de obra, chiquillo. A ver si, además de dejarte escupir mierda en un programa de televisión, te dan una columna. Te dejo esta, que seguro que escribes mejor que yo, maestro.