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Mientras los Toronto Raptors ganaban su primer título de la NBA estadounidense, en España los medios hablábamos de la presentación de Hazard en el Bernabéu. Ya saben mis leales lectores (uno o ninguno) que no soy del Madrid, que no lo soy en absoluto, pero que puedo entender que haya que animar a esa afición con lo que haga falta. Puedo entender que su hegemonía en eso de protagonizar portadas sea imbatible. Puedo entender que haya que vender periódicos; que tengas que captar oyentes merengues porque son mayoría; puede que llegue a comprender que los tentáculos de ese club son alargados y que en este momento no admiten una sola crítica. Hazard se presentó unas horas antes de que se disputara el partido más importante de la liga de baloncesto del mundo, pero eso da lo mismo. Puedo entender a la prensa escrita, pero no lo consigo con las radios y las teles. Entre otras cosas porque en los Raptors, además de Scariolo (que en Toronto es asistente y aquí es seleccionador nacional), además de Ibaka (que es jugador de España), está Marc Gasol. Marc Gasol es hermano de Pau. Pau tiene dos anillos de la NBA y su siguiente acaba de conseguir uno. Son los dos primeros hermanos que consiguen ese título. Han sido noticia en Estados Unidos, han sido leyenda, son leyenda, noticia en toda la bolica del planeta. El caso es que España, sus medios inmediatos, lo tenían a huevo. Sin embargo, era mejor mirar a lo que había pasado unas horas antes y vender que Hazard es el feliz advenimiento (no solo de su afición) de todo un país, sean cuales sean sus colores. Le han preguntado más a Pau por lo que bebió su hermano en la celebración que líneas ha ocupado su maravillosa gesta. Cuando nos ponemos horteras no nos gana ni la madre que nos parió.