Opinión

Carola

A esta hora del sábado, cuando se celebra en todo el mundo el Día del Orgullo, me acuerdo de una mujer de la que ignoro su identidad sexual. Se llama Carola Rackete y es la capitana del barco de rescate de la ONG Sea Watch 3. Se ha saltado las normas del Gobierno italiano, de ese nazi infecto que es Salvini, cuya política migratoria es la más repulsiva que se recuerda en un país como Italia. Italia, por cierto, es un territorio de mezclas, identidades diferentes, razas, colores, procedencias. Matteo Salvini es el tipo más vomitivo que se recuerda en los últimos tiempos, carente de la más mínima empatía para aquellos que han formado su país. Carola está detenida por este ignorante, por entrar en el puerto comercial de Lampedusa invocando el estado de necesidad de los cuarenta inmigrantes que llevaba a bordo. La necesidad no es estar un poquito cansados, no se vayan a creer Vds que lo que les pasaba es estar hartos, flojos o con ganas de tomarse una cerveza en tierra firme. Lo que Carola llevaba en su Sea Watch eran mujeres violadas, hombres enfermos, hambrientos, gente destruida. Por eso hoy, que toda la comunidad gay está celebrando su visibilidad y su casi llegada al triunfo, me quiero acordar de una mujer sola. Una mujer sola que se ha saltado las normas de esta Europa de mierda que olvida de dónde están hechas sus raíces y que no son otras que la inmigración. Esa mujer sola que no se resignó, que no bajó la cabeza, que le dijo que ni hablar a ese facha altivo e inmoral que es Salvini. Junto a ella, los héroes del Open Arms, los últimos rebeldes, a los que no nos queda más salida que dar altavoz para permanecer en la parte decente de este continente putrefacto que se olvida de los seres humanos. Esto no es ideología, es humanidad.