Opinión

Fango

Hoy jueves conocerá el Vaticano la queja formal del Gobierno de Sánchez por las declaraciones del Nuncio en España sobre la exhumación de Franco. El Gobierno en funciones se ha enfadado mucho por lo que dijo Renzo Fratini antes de marcharse. La figura de Franco se ha enaltecido mucho más después de que se anunciara el proyecto de Pedro Sánchez porque las visitas al Valle de los Caídos han aumentado. «Sinceramente, hay tantos problemas en el mundo y en España. ¿Por qué resucitarlo? Yo digo que han resucitado a Franco. Dejarlo en paz era mejor, la mayoría de la gente, de los políticos, tiene esta idea porque han pasado 40 años de la muerte, ha hecho lo que ha hecho, Dios juzgará. No ayuda a vivir mejor recordar algo que ha provocado una guerra». Bien. Es verdad que un diplomático suele adaptarse a su función. Puede que fuera poco embajador al irse. Puede que si se lo hubiera ahorrado no pasaría nada, mucho más cuando el propio Papa le había dicho a Évole «No tengo opinión» como resumen de su postura. Pero el Nuncio habló antes de irse y al Gobierno en funciones se le puso la vena gorda y sacó la patita que había ocultado en su programa electoral. Porque los ataquitos a la Iglesia financieros se sacaron del programa electoral socialista cuando ya estaban incluidos. Pero a la ministra Calvo se le puso la vena gorda y habló de la fiscalidad de la Iglesia y de plantearse todo desde cero. Mire, Señora Calvo: igual estoy hasta de acuerdo con Vds y me importa nada dónde vayan a parar los restos del dictador. Pero, haga cuentas antes de engorilarse. La Iglesia llega donde Vds (como todos los gabinetes de cualquier partido) no llegan, hace un trabajo social impagable a través de Cáritas y sus parroquias y mantiene el Patrimonio. Menos amenazas de cara a la galería y convoquen elecciones, que este pantano parece que les mola demasiado.