Opinión

Depredador

Ahora que parece que hay que pronunciarse sobre todas las Manadas posibles y sus posibles derivaciones, vaya por delante que todas ellas, independientemente de quienes sean sus causantes e importando poco la procedencia de los mismos, me provocan una repulsa y una mala leche indescriptible. Me cago en su mala sombra, la de todos, y espero que les caiga lo mas grande, sea cual sea su nacionalidad, porque si ahora no te cagas en todos sus muertos y los citas por nombres y apellidos, te llaman feminazi. Además de ser muy llamativa la cifra de energúmenos que agreden a mujeres, lo que es muy notable es la pila, gracias a Dios, que se han puesto los fiscales, los jueces y todo lo que tiene que ver con la justicia en este país. La última es la de esos futbolistas de La Arandina, y que queden por escrito sus hombres. Carlos Cuadrado, Víctor Rodríguez y Raúl Calvo, que agredieron presuntamente a una chica de quince años, a la que conocían y de la que conocían su edad, según la Fiscalía. Creo que, además, le hicieron repetir las atrocidades, así que espero que se pudran, que no tengan salida profesional por más que lo hayan intentado y que, en Aranda del Duero, que cuesta mucho decirlo, no acosen más a la familia de la violada. Estamos locos cuando una población pone por encima el nombre del pueblo al de una chica violentada. Estamos locos cuando un veterano locutor de TVE tiene que pedir perdón por, al intentar salvar la cara de Pamplona de lo buena que es su gente, llega a decir que lo de los cinco hijos de perra de La Manada fue un accidente.