Opinión
Yo, Leonor
Me ha llamado el Richard, que es uno que va conmigo al colegio y me dice «Leo, ha comprao mi madre el Hola y sales en la portada con cara de pava». Trinco un Hola y, efectivamente, ahí estoy con Altibajos y So, que parecemos tres pastoras. Voy pasando las hojas con el dedo bien mojao hasta que llego al asunto. Resulta que le han preguntado a dos mil súbditos por nosotras y, oh sorpresa, salimos bien paradas. El Hola le pregunta a C.Tangana por nosotras y nos pone por las nubes, fíjate lo que te digo. El caso es que me he estado fijando en las notas de Altibajos y resulta que saca dos cincos pelaos. Aprueba raspando en simpatía y cercanía. Claro, me ha faltado tiempo para irle a tocar las palmas. «Mama», con acento en la primera a que a Altibajos le horroriza. «Mama, han hecho una encuesta entre el populacho y dicen, los muy brocha gorda, que los modelitos los luces estupendamente, pero que eres un cardo borriquero. Vamos, que tienes el encanto de una lija de serrar barrotes». Altibajos ha pegao un portazo que se han movido hasta los plafones del Ikea de Vallecas. Luego me he estado fijando en las mías y son todas de notable pa´rriba, que yo me he dicho para mis adentros «ya verás el día que dé el campanazo gordo, van a ser todos madresmías y ayayayays». Hablado de pegar campanazos, también he estado leyendo que la titaTe se ha echado un nuevo novio. Es mi ídola, qué grande. He localizado a Altibajos enseñando al servicio a limpiar la plata. «Mama, la titaTe le ha birlao el marido a una amiga que es violinista. ¡Menos violín y más estar a la que salta, so pánfila!». El pellizco que me ha pegao en la oreja es nuevo récord olímpico. Y la colleja será disciplina en Tokio 2020.
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