Opinión

Yo, Leonor

Atención pabellones de descanso, atención. El yayo está on the road again, así que tengan a sus chiquillas sujetas, que dice que ha vuelto de la operación como un potrillo. En realidad, ha dicho que está «bárbaro», porque es que ya no se puede ser más cachondo que mi yayo. Lo hace porque podamos escacharrarnos de la risa y, porque toda la bolica del mundo sabe, es muy campechano y paga lo que sea por una bromica picarona. Así que estamos ya todos dispuestos a pegar nuevos campanazos, empezando por la prima Frigorífica, que va a hacer la criatura bueno al primo Pipe.

Menos mal que tiene aún solo veinte años, porque entre los cumples, la puesta de largo y la pandilla que se ha echao, vamos a dejar a los Pantoja como unos simples aficionados. ¿Qué va a ser lo siguiente, hija mía? ¿El tuerking? Que, por cierto, a ver si me entero de dónde esta el cerdo, que esa rama de la familia lo mismo lo ha metido en un puchero con laurel. Hablando de comida, imagino que a estas alturas ya saben Vds un dato fundamental que ha dejado Altibajos para la posteridad: comemos alcachofas. ¡Anda! Y ya, para dejarles a los súbditos la cara como una gárgola, también comemos lentejas negras.

¡Tooooma! Las comemos en el colegio porque ELLA ha llamado para que nos las metan en el menú. ¡Altibajos ha ordenado hasta el menú del colegio! ¡Es mi campeona! El otro día se consintió irse con las amigas al cine y es una pena que la película no durara lo que un ciclo de películas iraníes. Qué felicidad. Mi hermana So y yo nos pusimos al día del Sálvame y estábamos tan relajadas que nos echamos hasta unos airicos. Que es lo que yo le dije a Altibajos: a ver si hacéis esto más a menudo, que tenemos más normas que Guantánamo. Creo que este año tampoco me echan Reyes.