Diana

No se merece Diana esto. No se lo merece. Diana luchó para no morir, para no sucumbir a ese hijo de puta que la mató. Puso de su parte al máximo, lo que pudo, hasta donde le dieron las fuerzas, hasta el último suspiro se negó. Diana nunca imaginó que aquello pudiera pasarle, que fuera a sufrir tanto, que se fuera a morir tan joven. Todo eso no se puede evitar a estas alturas, no se puede adivinar, no se puede ni siquiera pensar. Lo que pasa hoy es otra cosa. Lo que hoy pasa es que su hermana (seguramente herida para siempre por su ausencia, por su brutal ausencia) está apareciendo en las teles. Está apareciendo en la tele sin tener que hacerlo, sin ser lo suficientemente adulta como para saber lo que eso desgasta. Está apareciendo para enfrentarse a su madre y está mostrando su rostro, sus maneras, su acento y hasta su forma de vestir. No hay derecho. No puede ser. Es imposible que esa niña crecida antes de tiempo esté tan expuesta. No es posible que esos padres (sea quien sea el culpable de esta locura) no pare, no ceda, no se rinda. No es justo para Diana que todo esto oscurezca lo importante. No es justificable, desde ningún punto de vista, que Juan Carlos y Diana no paren con esto, con esa demencia pública, con este espectáculo tremendo, que cuesta trabajo mirar, leer y escuchar. Son tantas las denuncias mutuas, tan extenso el historial de enfrentamientos, que cuesta trabajo pensar que ni una tragedia tan grande haya podido mitigar el litigio. No puede ser así. Me da igual si tiene razón el padre o la madre (y ya habrá algún partidito que aproveche para repetir lo de las denuncias falsas) pero lo único que no puede ser es lo que pasa. Diana no se merece esto. Oigan, paren ya. Que no soy de su familia y ya no me cabe más vergüenza.