Opinión

Los relatos rotos

Por no entrar en contenido repasemos los continentes de esta crisis y su comunicación. La máxima de «el espacio que no ocupas tú te lo ocupan otros» es asumida en los cuarteles generales de información y propaganda. Estos días ese espacio «libre» no lo ocupa la oposición porque en los casos de Madrid no sale ni para saludar y en el ámbito nacional las comparecencias tienen que ser de «bueno vale». Hacer valoraciones contundentes mientras dure esta crisis solo servirá para el arrepentimiento en soledad, quizá ya fuera de los liderazgos. Los únicos mensajes tolerables para quien no gobierna y no gestiona, pero aspira a ello, pasan por dar ese paso de Estado para acondicionar el erial posterior con una mayoría suficiente y libre de las tensiones que producen los extremos territoriales e ideológicos. Supongo que algún día Casado saldrá a proponer o apoyar unos presupuestos de Estado para hacer frente a la recuperación y así volver a habitar las oquedades políticas, sociales y emocionales que ha dejado Cs. Espero que la ralentización de las rutinas permitan un pensamiento más profundo y de mayor alcance. Mientras esto llega nos podemos quedar con el otro salmo de los de la comunicación política: el relato. Los cuentistas, también llamados estrategas, nos han dado la turra con esto y por eso nos hemos acostumbrado a seguir los hilos y llegar al final. Con esta crisis de múltiples ministros comparecientes, la de Maroto y Marlaska del martes fue psicodélica, nos estamos encontrando los relatos rotos…esos que no tienen continuidad, que se pierden por falta de contenido o de juglares. Las compras centralizadas de Sanidad han quedado en el limbo hasta el anuncio de ayer que suena a «por fin». Son demasiadas las tramas de las que no tenemos más noticias en esta peculiar fórmula comunicativa con la que el Secretario de Estado ha vuelto a la televisión. Cierto es que ha desarrollado un subgénero en el que la rueda de prensa, la entrevista y la tertulia se trenzan con soltura. Pero más allá de modelos en los relatos truncados hay uno esencial: la asunción por parte del Vicepresidente Iglesias de la coordinación y mando en la cuestión de las Residencias de Ancianos. Solo hemos sabido de esta terrible realidad por las noticias, los 300 millones se los ha dado Sanidad como recuerda Illa, la gestión de la desinfección la lleva Defensa y lo que ocurre está en manos de la fiscalía que como bien sabemos depende de quien depende. Todos los esfuerzos llevan desde la pre-alarma hasta nuestros días a un encapsulamiento de Pablo Iglesias…y en la cadena de mando de Vicepresidentes, el que sigue a Carmen Calvo es él… por si hay que hacer los Consejos en Galapagar.