Nevada

Hola, la nieve está fría

A veces, te sientes como si fueras a asaltar el Capitolio y tu uniforme es un gorro de cuernos

Casi todos los inviernos has ido con tus guantes de lana tan a gusto para soportar el frío. Pero resulta que cuando hace invierno de verdad, es decir, cuando nieva y haces una bola, calan. Los guantes de invierno valen para finales de otoño o para principio de primavera, pero no sirven para el invierno,

Así que lanzas la primera bola y te cala el guante. Como eres un tipo preparado, ante de tirar la segunda, te quitas el guante y ¿sabes?, la nieve está fría.

Quizá no eres un tipo tan preparado...

Las manos, ahora heladas, son un problema, pero no el principal. Has buscado un calzado para la nieve: tienes zapatillas para correr, zapatillas para estar en casa, zapatillas molonas que te hacen daño, pero, ya lo he dicho, son molonas; un par de zapatos normales y los que utilizas para ir a las bodas y los bautizos. Sea lo que sea lo que te pongas: también cala. Así que sufres el frío en las manos, sufres el frío en los pies y es evidente que los vaqueros no están hechos para el verano ni para el invierno, aunque los lleves en verano y en invierno.

Tienes heladas hasta las pantorrillas y ni siquiera tienes muy claro qué parte de la pierna es la pantorrilla. Es todo un poco absurdo (e injusto para las piernas) porque ahí no llevas más que vaqueros y en cambio por arriba te has puesto un abrigo, jersey, camiseta de manga larga y debajo (mamá, escucha esto, con 8 años no; con cuarenta sí), una camiseta interior Damart Thermolactyl ¿frío yo? !Nunca!.

Luego, está el asunto de la bufanda y ponérsela sin que antes o después (y es una forma de hablar, porque siempre es antes) se deshaga el nudo. Tienes que atártela de nuevo con tu mano cubierta con el guante, ¿recuerdas?, empapado.

Es al intentar ponerte de nuevo la bufanda cuando te das cuenta de que hace tiempo que la mascarilla no sólo no te tapa la nariz, es que está empapada. ¿Una mascarilla mojada sirve o no sirve? Buscas en Google qué dice Fernando Simón al respecto: que las mascarillas no son necesarias; ah, no, que sí eran fundamentales. Pero nada de su humedad. El problema, de todos modos, es que al apretar el móvil con guantes, se vuelve loco y llamas a tu jefe. Te pregunta qué haces y le cuentas que llevas una mañana a tope, que no has parado de trabajar, que ni has podido pisar la nieve.

Le cuelgas. Coges el coche para ir a por mascarillas.

Tienes las manos heladas, los pies congelados, se te ha metido, no sabes cómo, un poco de nieve entre el pantalón y tu culo. Y no, no tienes ni la más remota idea de cómo se ponen las cadenas en las ruedas. Bueno, la verdad es que no sabes si tienes cadenas. Bueno, la verdad de verdad que es no sabes si tienes cadenas porque no sabes cómo son la cadenas.

A veces, te sientes como si fueras a asaltar el Capitolio y tu uniforme fuera un gorro de cuernos.