El Cuaderno de Chapu Apaolaza: “Make Galapagar Great Again”

Mientras escribo estas notas, la sonda ‘Perseverance amartiza en Marte. Viaja a ocho mil kilómetros por hora y tiene que frenar hasta cero, esto es un domingo de invierno por la tarde. El robot lleva mucho de mi Españita: un morcón de Salamanca, un queso payoyo, una lata de anchoas, una bota de vino de Pitarra, una réplica de la tinaja de Iglesias y el proyecto de una rotonda que construyó Pedro Pacheco en Jerez de la Frá. La Nasa está empeñada en buscar vida inteligente en otros planetas ante el hecho de que encontrarla en éste parece una posibilidad cada vez más remota.

Yo creo que Marte está aquí. Los seguidores de Pablo Hasel, raperito de mis Españas, se han propuesto demostrar que son gente de paz y por eso van por ahí quemando Barcelona y Madrid. Dijo Sánchez que (“Dijo Sánchez que” es ya un género periodístico en sí mismo) en este Gobierno habría una sola palabra y tiene pinta de que va a haber más que palabras.

El PSOE y su socio de Gobierno acusan los roces característicos de cualquier ejecutivo en cuestiones de poca enjundia como la política exterior, la política económica, la unidad territorial, el feminismo, la igualdad, la forma del Estado, el poder judicial, la separación de poderes y, ahora, la legitimación de la violencia, que es la última frontera de cualquier nación, pero sobre todo de esta que se desangró en medio siglo de terrorismo.

Podemos no se ha echado al monte, pero se ha echado a la piscina del chalé. Atardece en Moncloita. Allá arde Madrid en un resplandor naranja, prosillas de Gramsci, una gorrita morada de ‘Make Galapagar Great Again’ y en general, el trumpismo de La Navata. Pablo Echenique escribe un tuit en el que anima a los haselianos. Hay contenedores quemados, negocios destrozados y 50 policías heridos, siempre desde el empeño por un mundo mejor. Dígame si no está la tarde para mudarse de planeta..

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