Oriol Junqueras

Aliviar el conflicto

Un conflicto político», eso es lo que para Junqueras existe en Cataluña. Que unos políticos quieran romper la unidad nacional española fruto de siglos de convivencia, es un «conflicto político» que debe resolverse por «vías democráticas y mediante negociaciones» (con Sánchez, claro), y no por vías judiciales. Si unos ciudadanos desean adoptar una decisión que va en contra de lo dispuesto en la ley, estamos ante «un conflicto» que debe solucionarse como si la ley no existiera, porque eso sería «judicializar el conflicto». Esa es la respuesta dada para complacer a Sánchez, que necesita compartir el coste de darse el autoindulto necesario para poder sobrevivir políticamente. Sánchez y Junqueras comparten costes, pero quienes pagan en realidad son España y los españoles, especialmente los catalanes. A ambos hay que recordarles que nuestra Constitución se fundamenta en la «indisoluble unidad de la nación española», y que el pueblo español en su conjunto es el único legitimado para adoptar cualquier decisión que le afecte. Todo tiene un límite. Si quiere emular a Chamberlain pactando con Hitler, creyendo que con sus concesiones apaciguaba a la bestia, obtuvo la respuesta de los británicos con Churchill. Dijo el apaciguador que «evitaba el conflicto» y hubo «guerra y deshonor». Como ahora. «Aliviar el conflicto» para ellos no es arrepentirse, pedir disculpas y asegurar que no reincidirán, sino que los sediciosos condenados sean indultados, y que Sánchez continue de presidente; y así ganar tiempo y seguir avanzando en su objetivo inalterado de romper la unidad de España.